Una serie de misterios ocultos en antiguas pinturas egipcias fueron recientemente develadas por investigadores, quienes utilizando la técnica de imagen química tuvieron acceso a la realidad física de lo que se esconde bajo la superficie de estas obras de arte.
Durante el proyecto, el equipo conformado por expertos de la Universidad de la Sorbona, Francia, y la Universidad de Lieja, Bélgica, usó herramientas portátiles para el análisis químico y la reconstrucción digital 3D.
Tras varios experimentos, lograron encontrar un tercer brazo en la Tumba de Menna y un nuevo collar en el retrato de Ramsés II en la tumba de Nakhtamun. Ambas piezas datan del periodo ramésida y se encuentran ubicadas dentro de capillas funerarias de la Necrópolis tebana, cerca del río Nilo.
De acuerdo con el estudio publicado en la revista Plos One, estos detalles puestos al descubierto ofrecen una nueva dimensión a las dos pinturas funerarias.
“Todas las insignias vinculadas a la realeza faraónica han sido retocadas: La corona-Khepresh, el Cetro-Heka y el Collar-Wesekh, que podría haber tenido inicialmente una forma muy diferente”, señalan los autores.
“El cetro parece haber sido originalmente dibujado como una línea recta con una curva hacia la izquierda al final, a comparación de otros cetros egipcios del mismo tipo”, indican.
Para los investigadores, las pinturas de Egipto exigen claramente una inspección sistematizada y más minuciosa mediante la técnica de imagen química. Por ello, su siguiente objetivo es realizar futuros análisis a otras obras.