Los museos privados de la Ciudad de México enfrentan el segundo cierre indefinido por la pandemia de COVID-19 sin apoyos estatales ni una legislación que les favorezca en momentos como el actual, cuando no sólo deben suspender operaciones y perder ingresos por taquilla, sino también invertir recursos para el cumplimiento de protocolos sanitarios.
No se ha concretado, por ejemplo, una ley de mecenazgo, aunque la Secretaría de Cultura del Gobierno federal informó en 2019 que Marina Núñez Bespalova, subsecretaria de Desarrollo Cultural, trabajaba en una iniciativa en la materia, de acuerdo con un comunicado del 15 de agosto.
"Sería muy importante para brindar certeza y seguridad a las instituciones que pudiéramos beneficiarnos de ella y, por otro lado, brindar certeza, seguridad y aliento a aquellas empresas o entidades privadas que pudieran, en un momento dado, estar en la posibilidad de apoyar estas iniciativas de índole artística y cultural", destaca Alejandra de la Paz, directora del Museo Franz Mayer, consultada sobre la necesidad de esta legislación, por la cual abogan creadores de diversos ámbitos, entre ellos el bailarían jalisciense Isaac Hernández.
Dolores Beistegui, directora del Papalote Museo del Niño, recinto que ha emprendido una campaña para recaudar fondos ante el riesgo de un cierre definitivo, informa que, desde hace años, profesionales del área han participado en un proyecto que derive en una ley de mecenazgo. Sin embargo, ésta no avanza en el Legislativo.
"Creo que si tuviéramos un marco fiscal mucho más claro, y quizá más alentador, pudiéramos beneficiarnos con mas recursos en general para todo nuestro gremio", pondera.
Paulina Newman, directora del Museo del Objeto del Objeto (MODO), también considera favorable una legislación de este tipo, y en general cualquier acción que apoye a las instituciones culturales.
Este recinto de Colima 145, en la Colonia Roma, ha establecido alianzas específicas con diversas empresa privadas para ciertas exposiciones, indica.
"Y eso se ha convertido en un modelo de negocio bastante exitoso para nuestro museo. Y vemos que cada vez será más complicado, porque así como los museos estamos sufriendo por la falta de ingresos de taquilla, sabemos que también muchas empresas están sufriendo por bajas de ventas o por problemas en la cadena de producción, entonces conseguir este tipo de patrocinios y de alianzas se vuelve un reto cada vez mayor", advierte.
Durante los tres meses que el MODO permaneció abierto durante la pandemia, de septiembre a diciembre de 2020, suspendió su tarifa habitual para que los visitantes pagaran lo que pudieran.
"Nos sorprendió muy gratamente que hubo muchas personas que pagaron incluso más del costo del boleto. Creemos que es un buen indicador del cariño que hemos recibido de nuestros visitantes, y ha fomentado esta comunidad en los 10 años que llevamos abiertos", valora Newman, quien prevé mantener este esquema cuando el recinto reanude actividades.
Por lo pronto, el MODO evalúa la posibilidad de promover afiliaciones, pero antes requiere certidumbre sobre la reapertura para diseñar un plan que retribuya o recompense al afiliado.