Durante el ciclo de conferencias “Historias de Toluca”, que se llevó a cabo en el Museo de la Acuarela, se presentó la ponencia “El pintor de la montaña”, de Ricardo Hernández López, en la cual reconoció las monumentales obras artísticas que dejó el maestro Leopoldo Flores y que forman parte del paisaje urbano de la capital mexiquense.
Hernández López habló sobre la vida de quien ha sido un icono en la plástica mexiquense, con proyección internacional, Leopoldo Flores, posteriormente, explicó sobre el “arte abierto” que inició el oriundo de Tenancingo y el cual ha tenido gran resonancia en la identidad mexiquense.
“Todo empezó en 1964, cuando el maestro Flores
planteó una utopía: crear la ciudad-galería, sacar el arte de los museos y hacerlo llegar a toda la población, es decir, realizar un arte abierto, un arte para todos, no sólo para los cultos y los entendidos, sino también para las amas de casa, los maestros, mecánicos, albañiles, carniceros, obreros, estudiantes”, apuntó.
Actualmente, este arte abierto puede ser admirado en la capital del Estado de México en dos espacios emblemáticos, el primero es el Jardín Botánico “Cosmovitral”, que recibe a las y los visitantes con el imponente Hombre Sol; el segundo se ubica en el Estadio Universitario Alberto “Chivo” Córdoba donde el maestro plasmó “Aratmósfera”, que abarca las escalinatas, gradería y un lecho rocoso del cerro de Coatepec.
Ricardo Hernández explicó que esta obra refiere al nacimiento de la luz, representado por un hombre que emerge de la tierra y sube para tocar el cielo y en 1976 se hizo un llamado a cientos de toluqueños para apoyar en tan colosal labor a Leopoldo Flores.
Al término de la conferencia, el público externó sus puntos de vista sobre el legado que el maestro Leopoldo Flores heredó a su estado, a México y al mundo.