¿Cómo se llega al alma desde un lienzo? ¿Por qué hay cuadros que nos cautivan y emocionan en un segundo? Estas son las preguntas que Jesús Giráldez, catedrático de Fisiología enamorado del arte, respondió en su más reciente libro titulado “Un Neurocientífico en el Museo del Prado”.
En poco más de 100 páginas, el profesor de la Universidad Pompeu Fabra, España, explica cómo Tiziano, Velázquez y Da Vinci conocían intuitivamente el funcionamiento del cerebro y el ojo humano, y de qué manera eran capaces de manipularlos para atrapar al espectador.
“Cuando te pones delante de `Las Meninas´ y te acercas, ves que no hay más que borrones, ¿cómo pueden unos borrones generar la ilusión de un espacio tridimensional? Bueno, pues porque los grandes pintores dieron con la manera de representar la realidad de forma accesible, creíble y convincente para nosotros”, señala el autor.
“Estos artistas consiguieron dar con aquellas reglas con las que nosotros vemos en el mundo para poder devolvernos ilusiones sobre el mundo y lograr lo imposible, que ante una virgen o la `Mona Lisa´ veamos a una mujer sentada de forma natural dentro de un espacio definido y con profundidad, cuando lo que hay es sólo un lienzo plano y estático”, asegura.
Para poder engañar a nuestro cerebro y que cuando miremos cierta obra creemos la ilusión de que hay una persona, Giraldéz menciona que los denominados “neurocientíficos intuitivos” deben ingeniárselas, porque lo que están buscando son las reglas de cómo vemos para, después, poder crear ilusiones de realidad.
“`Un Neurocientífico en el Museo del Prado´ es una amena y fascinante sucesión de explicaciones biológicas de cómo nuestro cerebro interpreta lo que vemos, la profundidad de los colores, los brillos, la perspectiva y cómo los grandes pintores han sabido jugar con esas normas para manipular nuestro cerebro y hacernos `ver´ espacios, movimientos y emociones”, describe.
*Fuente: Infobae