Un cura insurrecto
El 30 de julio de 1811, nuestro país conmemora el 212 aniversario del fusilamiento de Miguel Hidalgo y Costilla, personaje que no necesita más preámbulo en la historia de México. En poco más de diez meses su movimiento logró perturbar la relativa calma en la administración virreinal, causando la admiración de muchos y el temor de otros. En este lapso tan breve, el Padre de la Patria transitó por actual territorio mexiquense reuniendo a miles de seguidores a su causa durante su recorrido.
Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla Gallaga Mandarte y Villaseñor, nació el 8 de mayo de 1753 en la Hacienda de Corralejo Guanajuato, aunque otras versiones menciona como su lugar de nacimiento el rancho San Vicente en el mismo estado. Miguel Hidalgo logró no sólo hacerse cargo de un movimiento que arrastró grandes multitudes y fue inicio de inmensos cambios, sino que en la primer etapa de independencia tomó el liderazgo político y militar de una revolución social.
Es bien sabido que Hidalgo inició su movimiento a mediados de septiembre de 1810, en los días siguientes fue visitando villas, pueblos, alcaldías y haciendas en las cuales conseguía recursos, víveres y pertrechos. Consciente de que el fin del movimiento era la toma de la ciudad de México, Hidalgo emprendió este camino, para ello debía atravesar la Intendencia de México por el noroeste para llegar a Toluca y tomar el camino real que llevaba a la capital del virreinato. A continuación describiremos parte de este maravilloso recorrido por territorio mexiquense.
Cabe señalar que la actual área mexiquense no era del todo desconocida por Miguel Hidalgo. En 1765 tras la expulsión de la orden jesuita en la Nueva España, Hidalgo y su hermano Joaquín fueron llevados a Tejupilco, pueblo natal de don Cristóbal Hidalgo, padre del cura. Allí permanecieron hospedados unos meses en casa de una tía, en donde Hidalgo aprendió los primeros rudimentos de la lengua otomí, posteriormente los jóvenes hermanos retornaron a Valladolid para continuar sus estudios.
Primeros pasos en la Intendencia de México
Miguel Hidalgo llegó a la hacienda de Tepetongo el 24 de octubre de 1810, de allí se dirigió a Puerto de Medina, actual población de Zaragoza en el municipio de Contepec, Michoacán, dicha población marcaba los linderos entre las intendencias de México y Michoacán, una vez allí Hidalgo enfiló a su primer destino en actual territorio mexiquense, la Hacienda de Solís en el hoy municipio de Temascalcingo, Estado de México. Fue el 24 de octubre donde Miguel Hidalgo y sus huestes pisaron la Intendencia de México.
La Hacienda de Solís, era un centro de producción de trigo para el occidente de la Intendencia, a través del peonaje por deudas los hacendados aseguraban una fuerza de trabajo permanente, se tiene noticia que en este lugar Miguel Hidalgo se abasteció de provisiones para su movimiento y muchos peones de la hacienda lo acompañaron en su lucha. Posteriormente el cura Hidalgo se dirigió a la Hacienda de la Jordana en el actual municipio de El Oro, los decenas de miles de insurgentes pernoctaron el 24 de octubre allí, siendo la primer noche que Hidalgo pasaría en tierras mexiquenses.
El cansancio, la incertidumbre, el miedo, el frenesí permeaban por todo el ejército insurgente, en su mayoría gente del pueblo sin ningún conocimiento de armas o de táctica de batalla. Muchos de ellos, comerían carne por vez primera en aquellas tierras. Para Hidalgo el objetivo era claro, llegar a la capital y para ello requería la mayor cantidad de recursos posibles, por lo que era fundamental conseguirlos o confiscarlos en cada hacienda o pueblo por el cual sus fuerzas iban transitando. La mañana siguiente el numeroso pero todavía inexperto ejército se dirigió a la localidad de San Felipe del Obraje, hoy San Felipe del Progreso en el Estado de México.
Conforme las tropas de Hidalgo avanzaban también en la capital se alentaban los rumores, a veces infundados, sobre una enorme multitud desarmada y violenta que acababa con todo a su paso. Asimismo también florecían las discrepancias entre Miguel Hidalgo y los otros líderes militares por el rumbo y la forma que tomaba el movimiento; sin embargo la suerte estaba echada, y el territorio mexiquense quedaba pendiente del avance del cura y su gente.
San Felipe e Ixtlahuaca
Posteriormente, Miguel Hidalgo arribó a la localidad de San Felipe del Obraje, hoy San Felipe del Progreso, el 25 de octubre de 1810, si bien la localidad no era una ciudad grande, si era un enclave importante por los suministros y por ser un punto de abastecimiento entre Toluca y Valladolid. El pueblo debía su nombre debido a que a mediados del siglo XVI se fundó un obraje, mismo que permaneció hasta el Porfiriato. San Felipe recibe a Hidalgo con relativa calma y emotividad, allí el cura recoge unos cañones provenientes de Guanajuato que le sirvieron para su movimiento.
Esa misma noche, Hidalgo y su contingente pernoctan ahí. Las fuentes son algo confusas, pero las huestes de Hidalgo superan los 50 mil hombres. A la mañana siguiente salen para Ixtlahuaca. La fama de Hidalgo y los insurgentes ya era bien sabida en todo el virreinato, por lo que en la villa de Ixtlahuaca se tuvieron noticias del camino que tomaban. Los insurgentes llegaron a la Villa de Ixtlahuaca alrededor a las 2 de la tarde del día 26. Al día siguiente Miguel Hidalgo conoció los dos edictos de excomunión en su contra: uno hecho por el obispo de Valladolid, Manuel Abad y Queipo, y otro hecho por el arzobispo de México Francisco Javier Lizana. Ante tales documentos se sabe que Miguel Hidalgo los rompió y tiró al suelo.
En este punto hay distintas versiones sobre la noticia de la excomunión, Luis Castillo Ledón, primer biógrafo de Hidalgo, reprodujo en su escrito que los edictos de excomunión fueron dados a conocer por el cura de Jocotitlán quien desaprobaba la causa insurgente, versión que aún se reproduce y permanece en una placa conmemorativa en el centro del municipio; empero, fuentes más recientes afirman que tales documentos fueron dados a conocer por el cura de Ixtlahuaca quien simpatizaba con Hidalgo y los insurgentes. Ese mismo día se sabe que hubo confiscación de bienes y arrestos a ciudadanos españoles, los cuales fueron liberados por órdenes de Hidalgo ya que el párroco del pueblo intercedió por ellos.
A la mañana siguiente los insurgentes desayunaron y tomaron camino hacia Toluca, punto muy importante de abastecimiento de víveres y municiones, las noticias corrían demasiado rápido y las autoridades de Toluca deliberaban si presentaban batalla o no a los insurgentes. El improvisado ejército de Hidalgo, pese a su inexperiencia, cada vez tiene más orden, y de acuerdo con los testimonios de la época, los saqueos eran ya esporádicos y controlados por los líderes. Toluca es la última gran ciudad antes de la codiciada capital.
La Intendencia de México, era un lugar de eminentes contradicciones sociales, con una grupo social español poco numeroso pero fuertemente consolidado, las sequias habían pegado muy fuerte en la región, siendo las clases populares quienes las padecieron más. Si bien es cierto que el movimiento de independencia no inició en la Intendencia de México, muchos mexiquenses estaban listos para un cambio: peones, criados, trabajadores, mestizos, clases medias y criollos relegados de funciones gubernativas se unían en un descontento ya generalizado. Cuando Hidalgo pasó por estas tierras había reunido ya 70 mil hombres quienes se apresuraban para llegar a Toluca.
En la capital del virreinato todo era miedo y ya se preparaban para una posible defensa de la administración peninsular, el pánico permeaba entre las élites y la incertidumbre se apoderaba de la población. Mientras tanto, el teniente coronel Torcuato Trujillo preparaba un ejército poco numeroso y muy disciplinado para detener el avance insurgente, entre los cuales figuraba un soldado realista de origen criollo quien después tendrá gran relevancia en el proceso de independencia, Agustín de Iturbide.
Continuará…
Juan Manuel Pedraza Licenciado en Historia por la Universidad Nacional Autónoma de México
(EL PROF. JUANITO)
Para saber un poco más:
Castillo L (2020), Hidalgo, la vida del héroe, México, F.C.E.
Herrejón. C (2012), La Ruta de Hidalgo, México, INEHRM
Herrera P. (2003) Hidalgo a la Luz de su escritos, Morelia, UMSNH.