Científicos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) acaban de realizar un hallazgo que proporciona más información acerca de uno de los rituales más importantes del México antiguo: el juego de pelota.
Resulta que a mediados de esta semana en la zona arqueológica de Toniná, en Chiapas, los expertos descubrieron un recinto en donde las cenizas de gobernantes mayas se utilizaban para elaborar las características bolas de hule de esta actividad.
Según la hipótesis de Juan Yadeun Angulo, investigador a cargo, los cuerpos de al menos tres gobernantes del reino Po´p fueron usados para crear dichas pelotas, con las que los mayas practicaban el ritual del juego de pelota.
Por su parte, la cripta, que data de alrededor del año 650 d.C., fue hallada en 2020 durante exploraciones en el costado norte. Ahí, también se encontró una tapa de piedra de 90 x 60 centímetros con la representación de un cautivo atado.
Este recinto, que representaba la antesala del inframundo maya, se ubica a 8 metros de profundidad, en el interior de la pirámide del Sol de la zona arqueológica de Toniná.
“En este lugar, se convertían a los gobernantes y otros personajes del reino maya de Po´p no sólo en dioses, sino en estrellas, para formar parte, por ejemplo, de las bolas de hule utilizadas en el juego de pelota”, afirma Yadeun Angulo.
Para muchas culturas prehispánicas, el juego de pelota representó uno de los rituales más importantes. Al respecto, existen muchas teorías y explicaciones sobre su significado.
Muchos arqueólogos, incluido Yadeun Angulo, creen que la práctica del juego de pelota significaba algún tipo de culto a la fertilidad, mientras que el traslado del balón simbolizaba el movimiento de los astros, como el sol y la luna, en la bóveda celeste.
Sin embargo, además de ser una actividad deportiva, el juego de pelota también tenía una connotación religiosa, donde se escenificaban contextos rituales e incluso, se llegaban a ver sacrificios humanos.