Este jueves, un grupo de investigadores y científicos, en su mayoría franceses, publicaron una carta abierta a través del periódico Le Monde, expresando su preocupación de que las instituciones culturales de su país están permitiendo la “sinización”, o la asimilación de grupos no chinos en la cultura china.
Específicamente, alegaron que el Museo quai Branly y el Museo Guimet aceptaron utilizar un lenguaje que “refleja los deseos de Pekín respecto a la reescritura de la historia y la planificada eliminación de los pueblos no Han”.
Refiriéndose al primero, los autores del mensaje señalaron que ahí, donde la colección se compone principalmente de los llamados objetos etnográficos y arte indígena de fuera de Europa, sus autoridades reclasificaron los objetos tibetanos que tienen en posesión como originarios de la “Región Autónoma de Xizang”.
Dicho cambio, aseguraron, muestra de manera clara el deseo de que el Tíbet, ocupado y colonizado desde el año 1950, debe ser borrado de los mapas y las conciencias, tanto en el presente como en el pasado.
En cuanto al segundo recinto, el cual guarda una de las mayores colecciones de arte asiático fuera de aquel continente, aparentemente reemplazó la etiqueta “Tíbet” con “Mundo del Himalaya”.
Cabe mencionar que el equipo aprovechó los últimos renglones de la carta para elogiar al Museo de Historia de Nantes, esto por negarse de forma explícita a cualquier interferencia china en su exposición sobre Genghis Khan, inaugurada el año pasado.