La ciudad arqueológica de Teotihuacán, considerada como el centro vital de Mesoamérica, pudo haber sido trazada a partir de la construcción de la llamada Pirámide de la Luna, esto de acuerdo con expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Lo anterior se debe a que debajo de la Pirámide de la luna existe una caverna natural que pudo haber influido en el trazado de la antigua urbe prehispánica, al contrario de la creencia más habitual y extendida, en la que su construcción habría iniciado con la Pirámide del Sol.
Denisse L. Argote Espino y Verónica Ortega Cabrera, doctoras del INAH, consideran que el origen natural de la cueva ofrece una perspectiva novedosa sobre el origen de la planificación de Teotihuacán, la cual alcanzó su apogeo hacia los años 350-360 d.C.
“La cueva es natural y no fue excavada, como sí lo son las cavidades que fueron halladas bajo la Pirámide del Sol y el Templo de la Serpiente Emplumada”, indicaron.
Previo a este hallazgo, las especialistas señalaron en un artículo que hace tres décadas la cueva bajo la Pirámide del Sol era natural y pudo haber influido en la selección del sitio donde fue construida la ciudad. Sin embargo, el reciente hallazgo puso a replantear dicha teoría.
Ahora, la tesis que se maneja es que la Pirámide de la Luna pudo ser el punto de partida del diseño urbano, significando la primera de sus etapas constructivas.