Un 26 de noviembre de 1919, murió fusilado en Chihuahua el general Felipe Ángeles, destacado militar revolucionario partidario de Francisco I. Madero y Francisco Villa. Poco a poco, su nombre se ha diluido en miles de páginas que se han escrito sobre el conflicto revolucionario, siendo opacado y no tan conocido como Pancho Villa y Emiliano Zapata. No obstante, a más de 100 años de su fallecimiento conviene preguntarnos ¿quién fue Felipe ángeles y cuál fue su legado en nuestra historia?
Felipe de Jesús Ángeles Ramírez nació en Zacualtipán Hidalgo un 13 de junio de 1868. Su padre fue destacado militar que combatió la invasión estadounidense y la Intervención Francesa. Férrea defensora de los principios liberales, la familia Ángeles era una familia rural de clase media, lo que le permitió tener una posición económica estable y ocupar breves cargos políticos en el estado de Hidalgo. Cuando Felipe cumplió los 15 años, ingresó al Colegio Militar de la Ciudad de México, iniciando una brillante carrera en las armas. A la edad de 18 años el joven Felipe ya era sargento.
Ángeles también destacó en el ámbito académico, fue un notorio ingeniero militar y en 1892 recibió el título de teniente de ingenieros, ocupando diversas cátedras en el Colegio Militar y la Escuela Militar de Aspirantes, donde enseñaba Matemáticas, Ingeniería, así como tácticas militares. Todos sus colegas auguraban al joven ingeniero una carrera brillante; sin embargo, la historia le reservaba una gran labor.
A diferencia de otros militares del Porfiriato, quienes ascendieron políticamente participando en campañas de exterminio contra la población indígena y haciendo negocios ilícitos, la trayectoria de Felpe Ángeles fue enteramente académica y sobresaliente. Ángeles se mantuvo al margen de las intrigas políticas y militares, si bien es cierto que fue parte de la élite militar, también era un crítico de la corrupción y la falta de apertura democrática del régimen. En 1909, Felipe Ángeles se fue a Francia a profundizar sus estudios militares, permaneció allí tres años, en ese lapso la dictadura de Porfirio Díaz había caído.
A su regresó a México en 1912, el presidente Francisco I. Madero lo nombró Director del Colegio Militar, su carácter, deseo de justicia y disciplina le hicieron convertirse en un hombre de la más absoluta confianza de Madero, quien lo ascendió a general brigadier el 2 de junio de 1912. En el año de 1912 fue comisionado para resolver el levantamiento de los zapatistas en Morelos, quienes habían roto con el gobierno maderista. Ángeles hizo una campaña muy humana sin rehuir a la batalla, reconstruyó poblaciones calcinadas y se ganó el respeto de muchos generales zapatistas.
En 1913, Madero es derrocado por un golpe de Estado. Felipe Ángeles fue encarcelado por órdenes de Victoriano Huerta junto con Madero y el vicepresidente José María Pino Suárez. El general Ángeles no fue asesinado, pero Huerta lo mando al exilio a Francia, donde permaneció unos meses hasta su regreso clandestino en octubre de 1913. Para ese momento Felipe Ángeles tenía claro un objetivo: luchar contra el gobierno usurpador de Huerta y llevar a cabo los ideales del maderismo.
En 1914, Felipe Ángeles se incorporó a la División del Norte, el mítico ejército de Pancho Villa. Ahí, dada su amplia experiencia y conocimientos militares se encargó de la artillería del ejército villista, también fue asesor político y militar de Villa. La experiencia y conocimiento de Ángeles fueron de vital importancia para las victorias villistas, sobre todo en la Toma de Zacatecas, ocurrida el 23 de junio de 1914. Muy pronto los esfuerzos de los ejércitos revolucionarios hicieron que Victoriano Huerta renunciara al poder. El general Ángeles ya tenía un increíble prestigio militar y político.
Posteriormente, en la Convención de Aguascalientes, Felipe Ángeles logró incorporar a los zapatistas a la convención revolucionaria y fue artífice de la alianza entre Villa y Zapata, formada para debilitar al carrancismo. Alcanzado este objetivo, Ángeles fue comisionado para dirigir las campañas villistas en el noroeste de la república, donde una vez más brilló su genio militar y obtuvo importantes victorias. Por desgracia, Villa perdió las Batallas del Bajío contra Álvaro Obregón, un duro golpe del que no pudo reponerse.
Con la derrota del villismo, Villa emprendió una guerrilla en el norte y rompió relaciones con Estados Unidos, Felipe Ángeles comenzó a distanciarse cada vez más de Villa, lo cual lo llevó a un exilio en Estados Unidos. Sin embargo, para finales de 1918 participó en la fundación de la Alianza Liberal Mexicana, asociación integrada por diversos perseguidos políticos. Sus ideales revolucionarios lo hicieron regresar y hacer las paces con Villa, pero fue capturado y fusilado luego de un juicio en el Teatro de los Héroes de Chihuahua un 26 de noviembre de 1919.
Más allá de ser un nombre que ocupe páginas de nuestra historia, Felipe Ángeles fue un ejemplo de honor, brillantez, lealtad y principios. Su talento militar y político fue indispensable en el desarrollo de nuestra revolución. Hoy en día escuelas, monumentos, calles, avenidas y hasta un aeropuerto de reciente construcción lleva su nombre; no obstante, más allá de los homenajes que pueda tener es importante destacar su labor y rememorar su papel en nuestra historia.
Por Juan Manuel Pedraza. Historiador por la UNAM.
Para saber más:
Hernández y Lazo. B y González R. (2019) Felipe Ángeles, México, INEHRM.
Cervantes F. Felipe Ángeles en la Revolución, (2019). México, INHERM