El Museo Picasso de Barcelona presentó este martes los resultados de los estudios técnicos-científicos de las prinicipales obras de su colección permanente del periodo azul del artista español.
La muestra examina varios aspectos de los cuadros, desde el proceso creativo, los materiales y la distribución de las capas de color, hasta el contexto y la interrelación de las obras pertenecientes al mismo periodo o anteriores, esto en el caso de las telas reutilizadas.
“Durante los últimos años, siempre se había justificado el reaprovechamiento de las telas de Picasso por una cuestión económica; sin embargo, nuestros análisis tecnológicos demuestran que había una voluntad, y que el pintor dejó, a propósito, algunos guiños, colores, formas y texturas”, explicó la encargada de la muestra, Irene Paredes.
Un claro ejemplo de ello es el descubrimiento de una composición subyacente bajo la obra “Azoteas de Barcelona” (1903), vinculada con “La Vida” (1903), una de las piezas más importantes de la llamada época azul. De hecho, esta situación sirvió como incentivo para que el museo iniciara el estudio técnico sistematizado de las pinturas de la colección.
De igual manera, el análisis científico acumulado permitió saber que, a menudo, Picasso reutilizaba sus propias telas. Lo anterior se refleja de manera clara sobre “Jaume Sabartés con Quevedos” (1901), icónica pintura de los inicios de la época azul que Picasso se llevó a Barcelona cuando volvió de su segundo viaje a París.
El estudio permitió concretar la fecha del traslado al descifrar, por medio de técnicas infrarrojas, fragmentos tipográficos del diario Le Journal, fechado el 18 de enero de 1902, adheridos a la superficie de la obra.