Con el reciente depósito de las cenizas de Octavio Paz y su esposa, Mare Jose Tramini, en el Antiguo Colegio de San Ildefonso de la Ciudad de México, volvió la inquietud sobre el destino final del legado literario, personal e inmueble del reconocido poeta mexicano, quien al fallecer en 1998 dejó como heredera universal a su última pareja, que también murió hace cuatro años pero sin testamento.
Durante la ceremonia de entrega de las cenizas, Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la capital mexicana, fue la encargada de disipar las dudas acerca del legado de Octavio Paz, señalando que el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de las Familia (DIF) recibirá los bienes e inmuebles tanto del escritor como de su cónyuge.
Por su parte, los documentos personales y correspondencia privada serán resguardados en El Colegio Nacional, y éstos no podrán ser publicados hasta 25 años después de la muerte del testador, según la voluntad de Paz.
“Somos garantes de cumplir, junto con El Colegio Nacional y el INBAL, la expresa voluntad del poeta de que todos los papeles, cartas, documentos y correspondencia privada sean depositadas en esta institución”, explicó Sheinbaum.
“El legado de Octavio Paz estará al cuidado de la ciudad, y tengan la certeza de que vamos a hacer todo, junto con las instituciones mencionadas, para que este patrimonio cultural del país esté en buenas manos”, agregó.
Finalmente, las instituciones involucradas también acordaron que parte de los bienes sean trasladados al nuevo laboratorio de tratamiento de papel y documentos del Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (Cencropam); entre los que se encuentran archivos, libros, obras de arte, fotografías y pequeñas esculturas.