Hasta hace unos años, el “Ecce Homo” era una obra que estaba siendo subastada por mil 500 euros a coleccionistas de arte. En un principio, su autoría se le atribuyó al artista español José de Ribera; sin embargo, algunos historiadores aseguraban que dicha pieza ni valía esa cantidad, ni pertenecía a aquel pintor.
Y vaya que el tiempo les dio la razón, toda vez que la misteriosa pintura era nada más y nada menos que un cuadro perdido del italiano Michelangelo Merisi, mejor conocido como Caravaggio.
Lo anterior fue resultado de tres años de restauración por parte de un equipo de especialistas, entre ellos Carlo Giantomassi, quien ya había trabajado en obras de gran importancia; por ejemplo, los frescos del imponente techo de la Capilla Sixtina.
“Hace 45 años que no sucede algo semejante: que aparezca un Caravaggio y que la crítica sea unánime en incluirla en su catálogo de aproximadamente 60 obras”, comentó el experto.
Después de hacerse públicos los resultados, en tan sólo 24 horas la Comunidad de Madrid declaró el “Ecce Homo” inexportable y como un Bien de Interés Cultural. Posteriormente, los encargados del Museo del Prado informaron que se exhibirá en sus instalaciones hasta el próximo 13 de octubre de este año.
Una vez concluido dicho periodo, buscarán que se integre a la sección del inmueble dedicada al destacado pintor, aunque aún no se ha especificado por cuánto tiempo.
Debido al estilo rápido y sintético, trabajadores del Museo del Prado explican que la presente pintura refleja la etapa fugitiva del maestro Caravaggio. Él escapó de Roma después de haber asesinado, accidentalmente, a un hombre llamado Ranuccio Tomassoni. Para evitar su condena, decidió huir entre Nápoles, Malta y Sicilia, tiempo durante el cual realizó el “Ecce Homo”, cuyo nombre deriva de las palabras que utilizó Poncio Pilato para presentar a un Jesús torturado ante la multitud: “Aquí está el hombre”.