Hace 20 años, una escultura prehispánica hecha a base de mármol fue encontrada en la zona Teotihuacán y ahora, un par de décadas después, ésta podría probar el colapso de la llamada Ciudad de los Dioses.
Según el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la pieza fue hallada gracias a la exploración del conjunto palaciego de Xalla, en la mencionada zona arqueológica.
En ese entonces, el arqueólogo Edgar Rosales de la Rosa, curador de la Sala Teotihuacán en el Museo Nacional de Antropología (MNA), era el encargado de la exploración en Xalla, un complejo ubicado a 230 metros de la Pirámide del Sol que resulta clave debido a su papel en el cogobierno teotihuacano.
Un par de semanas después, el mismo equipo encontró un total de 160 fragmentos: el torso, los brazos y un rostro esculpido perteneciente a una misma figura.
Tras el proceso de excavación, de la Rosa decidió llevar los pedazos de la escultura a los laboratorios del MNA, con el objetivo de unificarlos al cuerpo labrado en mármol.
Una vez completa, la pieza, de 140 kilos y 128 centímetros de alto, fue estudiada a fondo por los expertos del inmueble.
Los resultados indicaron que esta escultura contaba con huellas del incendio y la revuelta social que provocaron la caída de Tenochtilán. Además, algunos rasgos de la misma permitieron determinar la destrucción de la ciudad y la exposición intencional de dicha pieza al fuego.
Con base en esta información, se pudo calcular que el siniestro tuvo lugar aproximadamente en el año 570 d.C como parte de una rebelión contra el gobierno de ese entonces.
“Esta escultura nos lleva a un momento en el que la población teotihuacana rechazó, afrontó y destruyó al sistema político y religioso dominante”, señala de la Rosa.
En las próximas semanas, la escultura se integrará a la exposición permanente de la Sala Teotihuacán, para que el público pueda conocer su historia a través de un nuevo documental cuyo guión ha sido elaborado por la arqueóloga Mariana Toledo Mendieta.