Enfrentar el COVID-19 de forma privilegiada
Autoridades para evitar la represión
- Maurilio Hernández, presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) en el Congreso mexiquense, informó haber dado positivo a la prueba del SARS-CoV-2, lo que habla de un anuncio responsable de parte suya, que permitirá a sus interlocutores someterse a revisión (al menos a los diputados de su bancada, los coordinadores parlamentarios en la Cámara local y los secretarios de Estado, que no se cansaron de posar para la foto durante la glosa del tercer informe). El COVID-19 no respeta jerarquías, la diferencia radica en que quienes poseen mayores recursos económicos pueden pagar por mejores facilidades para remontar el padecimiento, y quienes sostienen mejores relaciones están en posibilidades de recibir un trato privilegiado cuando se trata de asuntos relacionados con la salud, incluso para acceder a la prueba. De ahí los señalamientos al desmantelado sistema sanitario de la entidad.
- El Buen Fin no es igual para todos. En estos momentos de profunda crisis económica, los negocios que requieren de mayor impulso son los locales, los del barrio o colonia que no pueden competir contra la infraestructura de las grandes cadenas comerciales. Sin embargo, parece que las autoridades de todos los niveles del Gobierno han olvidado que son precisamente estas pequeñas unidades económicas las que mantienen el mercado local y dan trabajo a miles de personas; por lo que requieren un doble impulso para no sucumbir ante la crisis que se ha generado.
- Los hechos ocurridos en Cancún, tras la represión de una manifestación feminista, son la expresión más extrema de la intolerancia. Habrá quienes estén en contra de las manifestaciones que violentan los bienes públicos, pero ningún edificio, estatua, busto o columna valen la vida de una persona, mucho menos cuando las balas son disparadas por las autoridades que juraron proteger a la ciudadanía. Las manifestaciones feministas han comenzado a ser convocadas en todo el país para los próximos días; es necesario que lo ocurrido en Quintana Roo no se repita en ningún otro rincón de México.