Viven en una burbuja
Batalla parejera
A regañadientes
- Algunos candidatos o aspirantes, sobre todo los más jóvenes o los que han “heredado” el cargo, viven en una burbuja. Dado que nacieron en el privilegio, desconocen las necesidades sociales. Sin ir más lejos, en el Valle de Toluca los hay bien preocupados porque el día de la elección sus amigos estarán en el extranjero y no votarán en su favor, como si el sufragio de sus únicas 5 amistades contara más que el padrón electoral de sus municipios o distritos. Lejos de una frivolidad, lo que este tipo de inquietudes revela, es la lejanía de los posibles gobernantes y representantes populares con las necesidades de la población. Es clarísima la distancia, pero también el desinterés por conocer realidades distintas a las suyas que sí requieren de soluciones urgentes y hasta vitales.
- En municipios mexiquenses como Huixquilucan, Naucalpan, Metepec, Nezahualcóyotl o Ecatepec parecen estar definidos los triunfos en favor de uno u otro partido político porque existe un claro “voto duro”. No así, sin embargo, en la capital mexiquense, donde la tradición ha estado más del lado del PRI y del PAN, ahora debilitados por el efecto Andrés Manuel López Obrador que sigue arraigado, con todo y que no aparecerá en las boletas. Es en este contexto en que cobra importancia la definición tricolor, entre las diputadas con licencia Paola Jiménez o Melissa Vargas; cualquiera de las dos será la contendiente de Ricardo Moreno. ¿Qué tanto inclinará la balanza electoral la decisión en favor de una u otra? ¿Cualquier fallo tendrá por garantizada la unidad de “Fuerza y Corazón por el Estado de México”? De ser así, ¿se anticipa una batalla parejera?
- A regañadientes, las autoridades del Estado de México han tenido que entrarle a limpiar la cloaca que los penales estatales representan, porque es la Federación quien funge como testigo de honor en la búsqueda de las soluciones que demandan colectivos como Presunción de Inocencia. Negar que existen los problemas, minimizarlos y replicar los mismos esquemas, como se pretendía, no es la mejor manera de atajarlos porque estallarán tarde o temprano. La administración actual no es la responsable de toda la suciedad, pero lo será tanto como sus antecesoras si se empeña, como lo sugirió, en la construcción de más cárceles en busca no de despresurizar sino de aumentar el cupo para los falsos culpables, en replicar las detenciones e imputaciones antijurídicas y las conductas violatorias de los derechos humanos. Por ahora, es de celebrarse el diálogo entre las partes.