El sector educativo es el que menos se ha comprometido para ayudar a hacer frente a las expresiones de odio y rechazo contra la comunidad LGBTTTI+, por lo que urge establecer una estrategia para abordar ese problema desde la educación, consideró el director de la organización Letra S, Alejandro Brito.
En el marco de las actividades por la celebración del Día Nacional de la Lucha contra la Homofobia, advirtió que actualmente el tema de la educación sexual para niños sigue siendo un tabú.
De acuerdo con datos del informe "Violencia Extrema. Asesinatos de personas LGBTTTI+ en México: los saldos del sexenio 2013-2018", dijo que existe un gran temor e idea de que, si a los niños se les informa sobre la diversidad sexual o lo que deben saber sobre el sexo, se les inducirá a que adelanten sus actividades en ese sentido o que se inclinen a tener una preferencia.
En realidad, señaló, de lo que se trata es de que entiendan que existe una diversidad que forma parte de la estructura de la sociedad moderna, "no se trata de inducirlos o forzarlos a tener una preferencia, pero eso todavía no se ve así".
A consecuencia de ello, abundó que hoy existe una creciente expresión de odio hacia la comunidad Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Transgénero, Travesti e Intersexual (LGBTTTI), lo cual resulta de la mayor visibilidad de la expresión de la diversidad de género.
"La gente está aceptando cada vez más de manera pública lo que sienten y lo que son y ello se traduce también en sectores que no toleran esa visibilidad y los odios salen del subsuelo para hacerse visibles", expuso.
El resultado, inevitablemente, es también una mayor expresión de odio de gente que antes no había expresado su rechazo a esta manifestación de diversidad, porque no era tan visible, pero ante la falta de una cultura que ayude a comprenderla, se traduce el brote de una expresión de odio que hasta ahora sólo había estado latente.
Alejandro Brito agregó que esa falta de cultura se extiende hacia los niveles de procuración de justicia, en donde en lugar de ayudar a las víctimas de violencia por identidad de género son invisibilizados o no se les da el trato digno que merecen.
Un ejemplo de ello es que un agente puede recibir un caso y al levantar el acta reportar que se trataba de un hombre vestido de mujer, lo que empieza a generar un problema, pues podría estar restándole importancia a un posible caso de violencia u odio por identidad de género.
Y esta misma cultura sigue afectando a la imagen femenina, de manera que continúa siendo el sector más agredido, tanto en mujeres lesbianas como mujeres trans.
Por ello, insistió que un importante paso a dar para ayudar a hacer frente al cambio que permita revertir las expresiones de odio es la educación y la cultura, por lo que aseguró que todavía falta mucho por hacer.
NTX