Debido a la pandemia de COVID-19, 4 de cada 10 hogares mexicanos reportaron haber dejado de vacunar a los menores de 0 a 3 años de edad, o sólo haber aplicado algunos biológicos, según una encuesta de Unicef y el Instituto Equide de la Universidad Iberoamericana.
Al presentar los resultados de la Encovid19 Infancia, que recopiló información en los meses de mayo y julio, Graciela Teruel, directora de Equide, explicó que entre los estratos de menor nivel socioeconómico, hasta 42.2% de los hogares pausó la vacunación, mientras que la proporción fue de 36.6% entre las familias de ingresos medios y altos.
"Esto es realmente dramático y terrible. Esto también abona a aumentar las diferencias, desigualdades e inequidades que existen en el país desde antes, pero lo que está haciendo la pandemia es exacerbarlas", dijo en conferencia virtual.
Juan Ángel Rivera, director general del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), explicó que, ante la baja en la inmunización, existen riesgos de brotes de enfermedades prevenibles por vacunación, como sucede con el sarampión: "El año pasado y este año tuvimos brotes de sarampión por el muy mal desempeño de nuestro sistema nacional de vacunación universal, y los datos que nos muestran nos hablan de que la pandemia puede empeorar esta situación y pueden volver enfermedades que ya estaban superadas", advirtió.
Rivera aseguró que el Programa Nacional de Vacunación Universal requiere una seria reestructuración porque, desde antes de la pandemia, registraba deficiencias en la cobertura de los esquemas completos de vacunación: "Este es el momento de fortalecer el programa y asegurarnos de que en este periodo que inicia el desconfinamiento tengamos una campaña nacional de vacunación y que todos nuestros niños estén vacunados", sostuvo.
El especialista explicó que los efectos de la emergencia sanitaria son más graves porque la pandemia tomó por sorpresa al país, que no había preparado su sistema de salud, el cual fue señalado en 2018 como el de peor desempeño entre las naciones de la OCDE.
En tanto, Christian Skoog, representante de Unicef en México, dijo que la epidemia de COVID-19 sí afecta a la infancia, sobre todo a los niños de familias con recursos limitados. Las consecuencias económicas de este fenómeno, sostuvo, amenazan las vidas futuras de los niños, niñas y adolescentes, su salud y educación.
Debido a que la mayoría de los países carecen de información real sobre el impacto de la pandemia en la infancia, esta encuesta busca conocerlo y ofrecer soluciones: "Aún estamos a tiempo de tomar medidas como sociedad que valora a sus niños, niñas y adolescentes, con la esperanza de que sean tomadas urgentemente", apremió.