Este 30 de septiembre en la Cámara de Diputados se aprobó por unanimidad con 401 votos, la prohibición y repartición de bebidas energéticas o energizantes en menores de 18 años. Por lo que marca un precedente para la salud pública que busca cuidar a los más vulnerables.
¿Qué dice el dictamen para la prohibición de bebidas energizantes?
La prohibición impacta directamente sobre los artículos 215, 216, y 217 de la Ley General de Salud, el Diputado Ricardo Monreal agradeció a los legisladores el no ceder ante las presiones de los empresarios que promueven el consumo de las mismas. El objetivo en sí busca que no haya efectos nocivos en la salud de la población y reducir considerablemente el impacto que tienen en los mismos, en un sector que se caracterizaba por consumirlo a diario.
¿Cuáles son consideradas como bebidas energizantes?
Son todas aquellas que tienen una mezcla con un estimulante entre los que se considera a la cafeína, taurina, tiamina, entre otros componentes que pueden tener efectos nocivos para la salud.
En los últimos años, el consumo de bebidas energizantes ha crecido de forma alarmante entre adolescentes, pese a las advertencias médicas sobre los riesgos que implican. Expertos en salud pública insisten en que estos productos no deben ser ingeridos por menores de edad debido a sus efectos nocivos a corto y largo plazo.
¿A qué se le considera una bebida energizante?
Las bebidas energizantes son productos líquidos diseñados para aumentar el estado de alerta, el rendimiento físico y la concentración. Contienen altas dosis de cafeína, azúcar, taurina, guaraná y, en algunos casos, ginseng. A diferencia de las bebidas deportivas —cuyo fin es rehidratar tras el ejercicio—, las energizantes están formuladas para estimular el sistema nervioso central. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), estas bebidas no deben ser confundidas con suplementos nutricionales, ya que su consumo puede generar dependencia y efectos adversos.
¿Por qué los menores de edad no pueden tomar bebidas energizantes?
El organismo de un menor aún se encuentra en desarrollo, por lo que la ingesta de altas cantidades de cafeína y estimulantes puede alterar procesos esenciales como el sueño, la presión arterial y el ritmo cardíaco. Según un informe de la American Academy of Pediatrics, los adolescentes no deberían consumir bebidas energizantes en absoluto, pues los riesgos superan cualquier beneficio. Además, la combinación de estas bebidas con alcohol, tendencia común en jóvenes, aumenta las probabilidades de intoxicación y accidentes graves.