Autoridades del estado de Michoacán descubrieron el miércoles 10 de mayo una fosa clandestina con siete cuerpos, cerca de los límites con el estado de Guanajuato, en la zona conocida como Bajío.
La Fiscalía General del Estado (FGE) de Michoacán confirmó que los cadáveres hallados estaban en “avanzado estado de descomposición”, en el fondo de un barranco a orillas de la carretera estatal que une los municipios de Huaniqueo y Villa Morelos.
Los cuerpos fueron enviados al Servicio Médico Forense (Semefo), donde permanecerán a la espera de ser identificados y se precisará la causa de los decesos, aunque inicialmente se presume que se trató de homicidios ligados a bandas del narcotráfico que operan en Michoacán.
En esta zona de Michoacán operan las organizaciones del narcotráfico autodenominadas como Cártel Jalisco Nuevo Generación (CJNG), Cárteles Unidos, Los Caballeros Templarios y Cártel de Santa Rosa de Lima.
Apenas el sábado pasado, agentes de la Guardia Civil -Policía Estatal- descubrieron un finca que operaba como guarida de un grupo de sicarios, en una zona rural del municipio de Zinapécuaro, distante a 30 kilómetros de Villa Morelos, en Michoacán.
En este sitio, se localizó una fosa clandestina con cinco cuerpos, con huellas de tortura e impactos de bala.
En tanto, una patrulla militar abatió a siete presuntos sicarios -entre ellos a dos mujeres- en un enfrentamiento registrado el 2 de mayo, en los límites de los municipios de Ecuandureo e Ixtlán de Los Hervores, a 20 kilómetros de Huaniqueo.
En días pasados, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), envió al estado de Michoacán un grupo de 300 soldados que fueron desplegados en operativos estratégicos contra el crimen organizado.
-Con información de EFE / la-lista.com