Justo en el día de inauguración de los Juegos Olímpicos en Tokio Japón, seis mexicanos alcanzaron la gloria olímpica, pero en San Petesburgo Rusia, durante la 62 edición de la Olimpiada Internacional de Matemáticas (IMO por sus siglas en inglés).
Los ganadores fueron: Omar Farid Astudillo Marbán, del estado de Guerrero y Pablo Alhuí Valeriano Quiroz de Nuevo León quienes ganaron la plata. Mientras que los cuatro bronces fueron para: Francisco Cantú Rodríguez de la Ciudad de México; Daniel Alejandro Ochoa Quintero, de Tamaulipas; Carlos Emilio Ramos Aguilar, de Sinaloa; y José Alejandro Reyes Gonzalez, de Morelos.
La competencia se llevó a cabo entre el 14 y el 24 de julio de manera virtual, organizada desde la ciudad rusa y el equipo mexicano se ubicó en el segundo lugar entre los países de Iberoamérica y en el lugar 34 de la tabla general integrada por 104 países.
Los seis ganadores son estudiantes del nivel bachillerato y en el caso de Pablo Valeriano de Nuevo León se trata de su última olimpiada preuniversitaria, el año pasado obtuvo una medalla de bronce.
Es la segunda vez consecutiva que la IMO se realiza de manera virtual por la emergencia sanitaria de la Covid-19, con protocolos de seguridad implementados para que todos los competidores pudieran tener plena confianza en los resultados.
Las medidas incluyeron: un centro de exámenes en cada país o territorio participante, supervisado por un comisionado neutral de la IMO. El equipo mexicano se concentró en la Ciudad de Guanajuato.
Los exámenes realizados con distancia social se observaron mediante cámaras web y los videos se enviarán al equipo de vigilancia en Rusia. También se realizaron actividades en línea para que los competidores interactuaran.
La Olimpiada Mexicana de Matemáticas es un programa de la Sociedad Matemática Mexicana, creado e impulsado desde 1987. Uno de los principales objetivos del programa de la OMM es promover el estudio de las matemáticas en forma creativa entre los estudiantes pre-universitarios, buscando desarrollar el razonamiento y la imaginación de los jóvenes participantes, alejándose del enfoque tradicional que promueve la memorización y mecanización en la enseñanza de las matemáticas.