Los más de mil migrantes que pernoctan en un campamento improvisado en Tijuana desde hace meses fueron sorprendidos el jueves en la noche cuando las autoridades de este municipio fronterizo instalaron una valla alrededor de la explanada de El Chaparral.
Eran las 20:00 horas cuando un primer grupo de la Secretaría de Bienestar del municipio llegó a la zona a instalar módulos de atención y alimentos y a realizar además un censo de quiénes viven en este campamento, además de darles tarjetas de identificación.
Sin embargo, los ánimos se elevaron cuando personal de Obras Públicas y Limpieza de la localidad comenzó a desinstalar algunas casas de campaña, tomando cobijas y ropa y arrojándolas a un camión de transporte de basura.
Luego de una hora, otro grupo de trabajadores empezó a perforar el suelo de concreto para instalar varios tubos metálicos y a su vez una malla.
Esta valla, de acuerdo al secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana de Tijuana, Fernando Sánchez, tiene la intención de cuidar a los migrantes.
“Sí se va a delimitar el perímetro, pero es para protegerlos, para que no estén entrando personas a vender drogas, a vender alcohol, para que protejamos a los niños”, respondió Sánchez a medios.
En el lugar, los migrantes -muchos de ellos llevan meses varados en la localidad mientras esperan cruzar a Estados Unidos- se molestaron y expresaron temor a ser desalojados debido a que este próximo 8 de noviembre se reabren las fronteras para cruces no esenciales.
Por varios minutos un grupo de migrantes se encararon a elementos de la policía municipal que estaban resguardando el lugar para atender cualquier emergencia, todos ellos desarmados.