Las autoridades vietnamitas han impuesto desde este lunes un toque de queda a partir de las 18 horas en Ho Chi Minh (antigua Saigón), su ciudad más grande con más de 12 millones de habitantes y epicentro de la peor ola de la Covid-19 que ha vivido el país.
Según la nueva normativa, anunciada la noche del domingo por el alcalde de la ciudad, Nguyen Thanh Phong, nadie puede salir de casa a partir de las 18 horas de hoy (10:00 GMT) excepto para emergencias médicas y actividades relacionadas con la lucha contra la pandemia o para trabajos considerados esenciales.
La decisión se toma después de más de un mes con restricciones de movimiento que no han logrado su objetivo de reducir los contagios, que la semana pasada registraron cifras récord varios días y que acumulan 60.000 casos en la ciudad desde finales de abril.
Vietnam, que hasta julio de 2020 lució con orgullo su cifra de cero muertes por coronavirus, también sufre un incremento de los fallecimientos en las últimas semanas, con 154 nuevas muertes hechas públicas hoy (129 de ellas en Ho Chi Minh), que dejan la cifra total desde el inicio de la pandemia en 524.
En el norte del país, la capital, Hanói, entró este sábado en un confinamiento de 15 días ante el aumento de los infectados durante la última semana, aunque las cifras son mucho más bajas que en la antigua Saigón.
Los ciudadanos tienen orden de permanecer en sus hogares y solo salir en contadas excepciones, como comprar alimentos o ir al hospital. También se prohíben las reuniones de más de dos personas y se reducen los servicios en los sectores esenciales, entre otras medidas, conforme a la orden emitida por las autoridades.