Tonga intenta recuperarse tras la erupción volcánica del fin de semana que ocasionó un poderoso tsunami en el país y envió coletazos hacia regiones del Pacífico.
La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja tenía 10 miembros del personal y 70 voluntarios en Tonga, pero no sabe de ellos desde el sábado.
Las autoridades de Tonga confirmaron el martes la muerte de al menos dos personas, entre las que, al parecer, se encontraba una mujer británica que murió a causa del tsunami.
La nación fue declarada en estado de emergencia. Australia y Nueva Zelanda, los dos países más ricos de la región, buscan la forma de ayudar.
La oficina del primer ministro, Siaosi Sovaleni, informó en un comunicado que todas las casas de la isla de Mango, donde viven unas 50 personas, habían sido destruidas. Solo quedaban dos residencias en Fonoifua. La isla de Namuka había sufrido grandes daños.
Funcionarios de las Naciones Unidas dijeron que se había detectado una señal de socorro desde el grupo de islas Ha’apai, de baja altitud, lo que suscita una “especial preocupación” por los residentes de la zona.