Miles de australianos se manifestaron el sábado en Sídney, donde hubo enfrentamientos con la policía, y Melbourne, las dos mayores ciudades del país, para protestar contra el confinamiento decretado para frenar el coronavirus.
Decenas de personas fueron detenidos después de la manifestación no autorizada en Sídney que no respetaba las consignas sanitarias.
La manifestación duró varias horas y se produjeron enfrentamientos con la policía.
Algunos agentes fueron agredidos con botellas de agua por los manifestantes, que se oponen a la orden de quedarse en casa.
En Melbourne, miles de personas se reunieron a primera hora de la tarde frente al parlamento estatal y luego llenaron varias calles.
Los manifestantes, en su mayoría sin mascarilla, incumplieron las normas que prohíben los viajes no esenciales y las reuniones públicas, un día después de que las autoridades sugirieran que las restricciones podrían seguir vigentes hasta octubre.
“Estoy totalmente indignada por los manifestantes ilegales que se encuentran hoy en la ciudad, cuyas acciones egoístas ponen en peligro la seguridad de todos”, dijo en un comunicado Gladys Berejiklian, la primera ministra del estado de Nueva Gales del Sur, cuya capital es Sídney.
El ministro de Policía de Nueva Gales del Sur, David Elliott, explicó que un equipo de detectives revisaría las imágenes para identificar y acusar al mayor número posible de personas en los próximos días.
“Lo que hemos visto hoy en Sídney es, por desgracia, algo que hemos visto en otras ciudades”, dijo Elliott a los medios tras la protesta.
“Está bastante claro que Sídney no es inmune a los imbéciles”, añadió, y dijo que la concentración provocara probablemente un aumento de casos de covid-19.
Los organizadores habían bautizado la protesta como una manifestación por la “libertad” y la publicitaron en cuentas de redes sociales que difunden desinformación sobre las vacunas y teorías de la conspiración.
Sídney, una ciudad de más de cinco millones de habitantes por donde este sábado sobrevolaban helicópteros, está luchando por contener un brote de la variante Delta de Covid-19.