La vida del Príncipe Harry en Estados Unidos podría correr peligro. La Fundación Heritage dice que la solicitud de visa debe ser revisada para asegurarse de si el hijo del Rey Carlos III mintió en la petición y no declaró que había consumido drogas.
La ley de inmigración de EE. UU. tiene penas severas por mentir a los funcionarios de inmigración, incluida la deportación y la prohibición de solicitar la ciudadanía americana. Mike Howell, director del Proyecto de Supervisión de la Fundación Heritage, insiste en que «este documento es de interés público e influye para una posible revocación de la visa del Príncipe Harry por su uso de sustancias ilícitas», afirma.
Cuando el duque relató algunos pasajes de su vida, en su autobiografía 'Square', confesó que en su juventud había consumido drogas. Harry reveló que había probado la cocaína con 17 años y que durante algunos años también había coqueteado con setas y otras sustancias alucinógenas. También admitió haber alucinado durante un evento lleno de celebridades en California y haber fumado cannabis después de su primera cita con Meghan. Ahora, todos estos detalles podrían costarle caro y es que, en el caso de ser cazado en una mentira, el príncipe podría ser deportado del país.
Los expertos han insistido en que, por lo general, las solicitudes de visa para Estados Unidos se descartarían si hay antecedentes de consumo de drogas. La Fundación Heritage dice que si los funcionarios fronterizos lo sabían, el caso de Harry plantea dudas sobre si recibió un trato especial porque es un príncipe y su esposa es una estrella de televisión, lo que insisten sería ilegal.
Durante mucho tiempo se especuló que Harry podría estar trabajando en los EE. UU. con una visa de vía rápida, conocida como visa O-1. El O-1, también utilizada por el cantante canadiense Justin Bieber y el actor australiano Hugh Jackman, dicha visa tiene una duración de tres años, lo que significa que ahora la renovación de Harry podría estar en peligro.