La llegada de lava a las aguas que circundan la isla de La Palma, en España, está formando una densa nube de vapor de agua y algunos gases que no representan un peligro para la salud, y además está creando un delta que poco a poco gana terreno al mar.
Según el último recuento del sistema de satélites europeo Copernicus, la lava del volcán en la zona que entró en actividad ha afectado hasta el momento a 744 edificaciones, de las que 656 están destruidas, y ha cubierto una superficie de 267,5 hectáreas.
De acuerdo con medios internacionales, la cantidad de gases que desprende la lava al entrar en contacto con el agua del mar es pequeña y se dispersará de forma "muy rápida", por lo que la afección será "muy local" y no habrá problemas si se siguen las recomendaciones de las autoridades.
Los expertos han aconsejado a los vecinos de la localidades próximas a la zona de Tazacorte que extremen las medidas de precaución y se mantengan confinados en sus hogares, donde se les recomienda el cierre de puertas y ventanas para evitar la entrada de gases desde el exterior.
En la misma línea, el cabildo de La Palma ha recomendado a los vecinos confinados que se mantengan fuera de la zona de exclusión