El módulo que transporta el primer vehículo de China para explorar Marte se posó en el Planeta Rojo, confirmó la Administración Nacional del Espacio de China (CNSA, por sus siglas en inglés).
Se trata de la primera vez que Beijing hace llegar una sonda a un planeta fuera de la Tierra.
Tianwen-1, compuesta por un orbitador, un módulo de aterrizaje y un explorador, fue proyectada desde el Sitio de Lanzamiento de Naves Espaciales de Wenchang, ubicado en la provincia insular de Hainan, en el sur de China, el 23 de julio de 2020.
El nombre Tianwen, que significa "Preguntas al cielo", proviene de un poema escrito por el antiguo poeta chino Qu Yuan (aproximadamente 340-278 a. C.).
El primer explorador chino de Marte se llama Zhurong en honor al dios del fuego en la antigua mitología china, que remite al nombre chino del Planeta Rojo: Huoxing (el planeta del fuego).
La nave entró en la órbita de Marte en febrero después de un viaje de casi siete meses en el espacio, y estuvo más de dos meses investigando potenciales lugares para posarse.
En las primeras horas de este sábado (tiempo de China), la nave espacial comenzó a descender de su órbita de estacionamiento, y la cápsula de entrada que contenía el explorador se separó del orbitador aproximadamente a las 4:00 horas.
Después de volar durante aproximadamente tres horas, la cápsula de entrada se precipitó hacia el Planeta Rojo y se adentró en la atmósfera de Marte a una altitud de 125 kilómetros, iniciando la fase más riesgosa de toda la misión.
Primero, la forma aerodinámica especialmente diseñada de la cápsula de entrada se desaceleró con la fricción de la atmósfera marciana.
Cuando la velocidad de la nave espacial se redujo de 4.8 kilómetros por segundo a unos 460 metros por segundo, se desplegó un enorme paracaídas que cubría un área de unos 200 metros cuadrados para seguir reduciendo la velocidad a menos de 100 metros por segundo.
Aproximadamente a 100 metros sobre la superficie marciana, la nave se mantuvo suspendida para identificar obstáculos y midió las pendientes de la superficie. Evitando los obstáculos, seleccionó un área relativamente plana y descendió lentamente, para finalmente posarse con sus cuatro patas amortiguadoras.
El descenso de la nave a través de la atmósfera marciana, que duró unos nueve minutos, fue extremadamente complicado sin control terrestre y tuvo que ser dirigido por la nave espacial de forma autónoma, explicó Geng Yan, funcionario del Centro de Programa Espacial y Exploración Lunar de la CNSA.