El invierno parece no dar tregua. En Estados Unidos pasarán este fin de semana un frío extremo por el avance de una corriente de aire polar hacia el norte del país que hará que el termómetro caiga de manera histórica por debajo de los -40º. La sensación térmica podría descender hasta los 70 grados bajo cero en ciertas zonas, una temperatura que llevará a los estadounidenses al límite.
De hecho, en algunos lugares se recomienda que no permanezcan más de cinco minutos expuestos al aire libre ya que la piel podría sufrir heridas como consecuencia de las fuertes ventiscas y hasta congelación, advirtieron desde el Servicio Meteorológico Nacional. Las alertas por la crudeza de esta 'explosión polar' que soportarán millones de personas están activadas en distintos estados, principalmente en la región de Nueva Inglaterra, la más afectada por este gélido episodio.
El brote ártico histórico y generacional, como ha sido denominado por las autoridades, hará que este sábado -en concreto, la madrugada del viernes al sábado- se convierta en la jornada más fría registrada en los últimos años en la zona del Atlántico medio. El mercurio marcará valores entre -30º y -40º, unos 15 grados menos de lo habitual para la época, pero la "potencial mortalidad" derivará en realidad de la sensación térmica.
Los más de 70º bajo cero que se esperan notar en algunos momentos por el viento, entre otros factores, rozan la capacidad máxima de resistencia del cuerpo humano a bajas temperaturas. Sin la protección adecuada, quienes se enfrenten a este temporal podrían sufrir hipotermia. La situación se prevé que se complique, además, por la imposibilidad de ofrecer una atención sanitaria inmediata ya que las condiciones meteorológicas dificultarán el transporte por carretera y el tráfico aéreo.
La combinación de fuertes vientos y la acumulación de nieve sobre el asfalto imposibilitarán la visión y viajar será extremadamente peligroso. Las autoridades locales ya han aconsejado no salir de casa si no es necesario así como aprovisionarse de alimentos no perecederos, lo que ha hecho a más de uno revivir los temores por experiencias recientes. Estados Unidos vivió hace poco más de un mes la Navidad más fría de las últimas décadas con la tormenta Elliot y ahora, cuando no acaba de recuperarse de aquella nevada que dejó decenas de muertos, se enfrenta a una 'explosión ártica'.
Las alarmas están encendidas en el norte del país, pero en otros rincones no se salvarán tampoco. Nueva York y Washington también arrojarán valores bajo cero y en Boston, por ejemplo, llegarán a 30 grados bajo cero, un registro que no se daba desde 2016. El temporal viajará a lo largo de la costa este y en muchos puntos acabará, además, de forma abrupta con el ambiente inusualmente cálido que se disfrutó en enero, una situación -ese choque repentino entre épocas de calor y de frío- que los expertos relacionan con la crisis climática.
El vórtice de frío que generará este episodio, eso sí, tendrá un recorrido breve. Se espera que el domingo se reduzca la intensidad del frío y que el lunes al mediodía haya ya temperaturas más normales para este momento del año. La prueba es que, una vez superado este episodio, el pronóstico anuncia más de 15 grados hasta mitad de la próxima semana.
Y pese al bajón térmico que se experimentará a partir de la madrugada de este sábado, poco o nada tiene que ver esta situación con el ambiente helador que tienen en Siberia, la región más fría del mundo. Así lo ha aclarado el meteorólogo estadounidense William J. Karins desde las redes sociales: "Las temperaturas de menos 30 grados en el norte de Maine lo convertirán en uno de los lugares más fríos del planeta, pero aún muy por detrás del norte de Siberia, que estará cerca de menos 50 grados". En esta localidad rusa han llegado a registrar hasta 71,2 grados bajo cero, un récord a nivel mundial para un lugar poblado.
Fuente: heraldo.es