Más de dos meses después de que Letonia y Lituania declararan la emergencia por los cruces irregulares de inmigrantes en su frontera con Bielorrusia, los dos países bálticos continúan informando de nuevos intentos mientras la UE aborda cómo afrontar la cuestión.
Esos nuevos cruces se conocían al tiempo que el Consejo Europeo se reunía este ayer, jueves, y hoy en Bruselas para abordar, entre otros asuntos, las políticas migratorias de la Unión Europea y con el llamamiento del presidente lituano, Gitanas Nauseda, a favor de una declaración conjunta de los 27 al respecto.
La Guardia de Fronteras letona informó ayer, jueves, de que había conseguido disuadir a 14 personas de cruzar desde Bielorrusia. Un total de 1.839 personas han sido devueltas en la frontera desde que se declaró la emergencia, el pasado 10 de agosto, informó Kristine Petersone, portavoz de dicho cuerpo letón.
Añadió que cincuenta personas fueron autorizadas a entrar en el país por razones humanitarias desde que se declaró esa situación de emergencia y que 402 fueron detenidas en lo que va de año tras cruzar "ilegalmente" desde Bielorrusia.
En Lituania medios locales informaron hoy de que se impidieron más de 450 intentos de cruce irregular desde Bielorrusia hacia territorio lituano durante la semana pasada.
Lituania ha sido el país más afectado por el fenómeno desde la repentina aparición durante el verano de solicitantes de asilo, principalmente iraquíes, que intentaban acceder a su territorio desde la vecina Bielorrusia.
La república báltica más meridional tiene una larga frontera con Bielorrusia y registró más de cuatro mil inmigrantes irregulares antes de adoptar medidas de emergencia el pasado mes de agosto.
Tanto Lituania como Letonia han calificado el flujo de inmigrantes desde Bielorrusia como una forma de "guerra híbrida" que el presidente bielorruso, Aleksándr Lukashenko, ha iniciado en respuesta a las sanciones impuestas a su país por la Unión Europea y otros gobiernos occidentales.