Aunque fundada en 2008, la firma china ha protagonizado un ascenso meteórico en los últimos años hasta colarse entre las empresas textiles más reconocidas del mundo en cuota de mercado, y solo en 2021 fue la compañía del "top 10" en Europa Occidental que creció a mayor ritmo, con amplia diferencia sobre el resto.
La startup asiática se ha situado recientemente bajo todos los focos al alcanzar una valoración de 92 000 millones de euros en su última ronda de financiación, una cifra que supera el valor conjunto en bolsa de la española Inditex, la matriz de Zara (unos 62 800 millones), y la sueca H&M (unos 21 000 millones).
Los datos de la consultora Euromonitor apuntan a que Shein pasó de tener una cuota del 0,4 % en 2020 a alcanzar un 0,7 % del mercado de la moda en Europa Occidental durante el 2021 (igualando a Levi's), lo que equivale a un crecimiento del 75 % en un año. Al frente de la clasificación se sitúan H&M, Zara y Primark, con cuotas del 3,2 %, el 2,9 % y el 2,6 %, respectivamente, pero con tasas de crecimiento muy inferiores, tras más de cuatro décadas todas ellas a sus espaldas abriendo mercado: la líder incluso ha retrocedido dos décimas, mientras que sus dos rivales escalaron a un ritmo del 10 %, aproximadamente.
La generación Z, en el objetivo
El modelo de Shein se centra en los jóvenes menores de 25 años, a los que ofrece por internet bajos precios y atrevidos diseños que renueva a velocidad de vértigo, según explica una empleada de la firma textil en su sede en Londres, donde cuenta con oficinas. "Básicamente somos una tienda online con ropa muy económica, al estilo de Primark, y nuestra audiencia es sobre todo la generación Z, por eso nuestra estrategia se enfoca a influencers.
Creo que es una de las razones de nuestro éxito", apunta. Una de sus señas de identidad es que no dispone de una red de establecimientos físicos, aunque puntualmente abre tiendas efímeras. Otra peculiaridad es que pese a concentrar la fabricación de sus productos en China, no los vende en el mercado local y se vuelca por completo en el extranjero. "En España tenemos una diseñadora en Barcelona y después trabajamos con freelancers. Al final, disponemos de varios diseñadores fijos repartidos por el mundo, pero la mayoría son colaboradores", detalla la misma trabajadora, que reconoce que la empresa crece a tal ritmo que existen algunos "desajustes internos".
De hecho, "todo pasa por China, absolutamente todo. Allí tenemos el cuartel general y cualquier decisión pasa por ellos; se les consulta todo. Incluso se les mandan los test con las fotos en estudio para ver si están contentos con la luz, la modelo o el decorado", agrega.
Fuente: fashionnetwork.com