La salud mental y la alimentación se relacionan en ambas direcciones: lo que comemos y cómo comemos influye en nuestro bienestar emocional y psicológico, mientras que los desórdenes o conflictos de nuestra psique y personalidad pueden manifestarse en forma de un trastorno de conducta alimentaria.
Nuestra salud mental, que incluye nuestro bienestar emocional, psicológico y social, afecta el modo en que pensamos, sentimos, nos relacionamos, decidimos y actuamos en la vida.
Además mantiene una constante relación con nuestra alimentación por el modo en que elegimos, cocinamos e ingerimos los alimentos que necesitamos aportar a nuestros organismos.
Es más: la íntima conexión de la mente y los alimentos es de doble sentido, ya que disfrutar de una comida saludable y apetitosa repercute positivamente en nuestro bienestar psicoemocional, y a la inversa, el malestar derivado de los conflictos o desequilibrios de nuestro mundo interior, puede llevarnos a tener comportamientos alimentarios negativos.
La pandemia está dejando huella en nuestra psique y “lo que comemos y cómo lo comemos” es un factor básico para una mejora de nuestra salud mental y bienestar psicológico, aspectos a los que se le debe dar importancia después de un año y varios meses muy difíciles, señalan desde la Clínica López Ibor, del grupo europeo ORPEA especializado en salud mental.
“En esta clínica son tratados en su mayoría pacientes con patologías de depresión, ansiedad, y trastornos de personalidad. Los momentos de satisfacción y alegría que puede generar una buena comida, sin duda les ayuda en la evolución que llevan en sus terapias grupales con sus facultativos”, añade.
“La gastronomía es un complemento y un refuerzo para una mejora”, remarca Martínez, quien también destaca que “está comprobado que los productos de calidad, una presentación exquisita y una preparación excelente, genera a los pacientes de la clínica un bienestar y una sensación de normalidad más asimilables a su vida habitual, lo cual es muy importante en lo que respecta a su experiencia y emociones”.
El chef Diego Guerrero con dos estrellas Michelín, dueño del restaurante DSTgE y asesor de restauración de esta clínica psiquiátrica, se muestra convencido en base a su propia experiencia: “Está demostrado que existe una relación entre la alimentación y la salud mental, entre la gastronomía y el bienestar psicológico.
“Los estados emocionales de la personas inciden directamente en su salud”, sostiene Guerrero.