El mejor conocimiento de las bases moleculares del cáncer de pulmón y los avances terapéuticos y tecnológicos incorporados en su diagnóstico y tratamiento en la última década han convertido a este tipo de tumor en paradigma de la medicina de precisión en oncología.
El cáncer de pulmón es responsable del mayor número de muertes por cáncer a nivel mundial. Se estima que en España serán diagnosticadas 29.549 personas y este tumor será responsable del fallecimiento de 22.930 pacientes en el año 2021.
Además, en estas últimas décadas se ha observado un claro incremento tanto en incidencia como en mortalidad por cáncer de pulmón en mujeres debido a la incorporación al hábito tabáquico más tardío en las décadas de los 70-80. En su prevención, es fundamental instaurar medidas que luchen por el cese del hábito tabáquico. Aproximadamente el 80% de los pacientes que desarrollan un cáncer de pulmón tiene una historia previa de tabaquismo.
El diagnóstico del cáncer de pulmón es cada vez más preciso mejorando su clasificación gracias a la incorporación de recientes técnicas endoscópicas y de imagen. Pero, sobre todo, a nivel anatomopatológico y molecular gracias a la incorporación de análisis de secuenciación masiva sobre el tumor y biopsia líquida que han permitido optimizar la información pronostica y predictiva sobre los diferentes subgrupos tumorales, además de promocionar el desarrollo de nuevas dianas terapéuticas eficaces.
En el tratamiento se está avanzado en sus diferentes estrategias: cirugía considerando procedimientos endoscópicos, radioterapia incluyendo técnicas de radiocirugía, quimioterapia incorporando el tratamiento de mantenimiento, pero, sobre todo, hay que destacar el desarrollo en los últimos años de la inmunoterapia y terapias dirigidas contra dianas moleculares.
La inmunoterapia, considerando los inhibidores de PD-1/PD-L1 (pembrolizumab, nivolumab, atezolizumab) con o sin la combinación de inhibidores CTLA-4 (ipilimumab), ha irrumpido en diferentes escenarios del cáncer de pulmón localizado y avanzado demostrando una mejora en la supervivencia de estos pacientes.
En este sentido, la inmunoterapia se ha situado en el tratamiento de primera línea en combinación con quimioterapia o en segunda línea de tratamiento en monoterapia en los pacientes con enfermedad metastásica. Además, en la enfermedad localmente avanzada ha demostrado ser capaz de prolongar la supervivencia de los pacientes tratados de forma concurrente con quimioterapia y radioterapia, como un tratamiento de consolidación. Y, en la enfermedad localizada, un estudio recientemente publicado, ha demostrado ser capaz de retrasar la aparición de la enfermedad tumoral en aquellos pacientes operados y que han completado un tratamiento de quimioterapia adyuvante.