La cultura, el arte, la música, la pintura o la danza benefician seriamente la salud y lo avala la ciencia.
Escuchar música ayuda a controlar el nivel de glucosa en sangre, hacerla mejora el sistema inmunitario y la gestión del estrés, y la pintura o la escultura ayudan en los estados depresivos.
También el arte reduce los efectos secundarios del tratamiento contra el cáncer, incluyendo somnolencia, falta de apetito, falta de aliento y náuseas.
Además, la música o los payasos reducen la ansiedad, el dolor y la presión arterial en situaciones de urgencia.
Quien lo dice es la oficina regional para Europa de la Organización Mundial de la Salud que por primera vez ha realizado un estudio a gran escala (Health Evidence Network ), en el que analiza 3.000 publicaciones científicas sobre los lazos entre el arte y la salud y el bienestar, y por primera vez llama a los gobiernos y autoridades a aplicar políticas que mejoren la colaboración entre los sectores sanitario y artístico.
“Los ejemplos citados en este innovador informe de la OMS muestran las maneras en que las artes pueden abordar problemas de salud insidiosos o complejos como la diabetes, la obesidad y la mala salud mental. Consideran la salud y el bienestar en un contexto social y comunitario más amplio, y ofrecen soluciones que hasta ahora la práctica médica común no ha podido abordar con eficacia”, detalla.
Estas palabras son de la doctora Östlin Piroska, directora regional de la OMS para Europa, durante la presentación del informe en 2019, que tuvo lugar muy poco antes de que estallara la pandemia.