Desde el inicio de la pandemia del COVID-19, son muchas las campañas que promueven la forma correcta de usar la mascarilla; sin embargo, lo que muchos no saben es que los cubrebocas no sirven para siempre y llegan a un punto en el que ya no vale simplemente lavarlo. Es momento de cambiarlo.
Debido al problema de la contaminación, muchas personas han optado por utilizar cubrebocas hechos de tela; no obstante, el problema con estos es que después de cada lavada dejan de ser efectivos porque el material se empieza a desgastar, dejándolos frágiles y delgados. Por ello, a continuación te presentamos cinco señales de que ha llegado el momento de reemplazar tu cubrebocas por uno nuevo.
1. Las correas ya están gastadas
Si las bandas elásticas ya lucen estiradas, rotas o desgastadas, es muy probable que tu mascarilla ya no tenga un buen ajuste, lo que significa que permite la filtración de aerosoles y virus sin que te des cuenta.
2. Manchas
De café, maquillaje o cualquier otra sustancia, las manchas son una clara señal de desgaste en los cubrebocas, pues te indican que ya lo usaste demasiadas veces y que es momento de ir por uno nuevo.
3. La tela es muy delgada
Mientras más delgada sea la tela de tu mascarilla, menos efectiva será la barrera contra el COVID-19 y otros virus. La mejor forma de probar si la tela es muy delgada es intentando apagar una vela soplando a través del cubrebocas; si puedes hacerlo, entonces significa que no te está protegiendo en absoluto.
4. Hilos expuestos, rasgaduras y agujeros
Asegúrate de que tu cubrebocas se encuentre en perfecto estado, de lo contrario, simplemente estás perdiendo el tiempo y poniendo en alto riesgo tu salud.
5. Lo has lavado más de 30 veces
Por ahora, no existe un número exacto de lavadas para los cubrebocas; sin embargo, como lo mencionamos al principio, estos se vuelven más frágiles tras cada lavada. De acuerdo con expertos, 30 es el número de lavadas recomendado, debido a que después de este número, la mascarilla empezará a perder, tanto su forma, como su ajuste.