No existe certeza sobre el origen de la elaboración de la sidra, pero sabemos que su nombre proviene del latín “sicra”, que a su vez es una traducción del griego “sikera”. Esta bebida ya era conocida entre hebreos y egipcios, y en el siglo III hay constancia de la producción de vino de peras y manzanas por parte de los romanos.
La sidra se recoge por primera vez en 1058, en Liébana (Cantabria, España), y durante la Edad Media fue común su utilización como medio de pago tributario, así como su presencia entre los inventarios de bienes de los conventos. Durante el siglo XVII, la producción de pomaradas (manzanares) estuvo orientada principalmente al consumo particular.
A partir del siglo XX, la sidra empieza a ser consumida de forma embotellada; hasta entonces, su consumo se hacía en jarras de barro.
Elaboración
El proceso de elaboración comienza con la recolección de las manzanas en óptimas condiciones de maduración (por su contenido en azúcares, dureza del fruto y contenido en almidón). Tras la selección de los frutos óptimos, arranca la fase de trituración con molinos que desgarran las manzanas sin romper las semillas; el resultado se deja en reposo de dos a cuatro días en el caso de las producciones artesanales, y de 12 a 24 horas en el de las industriales. El producto de esa maceración concluye con la fermentación a través de levaduras (en el caso de la fermentación alcohólica) y bacterias lácticas (en el de la fermentación maloláctica).
Tipos de sidra
Sidra dulce: sale directamente al exprimir la manzana después de recogerla. No es sometida a proceso de fermentación, por lo que carece de alcohol.
Sidra de hielo: se obtiene a partir de la fermentación del mosto de manzana congelado naturalmente. Tiene una mayor concentración de azúcares y gradación.
Sidra natural: la más tradicional. Adquiere todas sus propiedades al escanciarla. Se tiene que beber inmediatamente.
Sidra achampanada o gasificada: la más tradicional en las mesas de Navidad. Es el resultado de someter la sidra a una fermentación en la botella, potenciando así la gasificación.
Sidra nueva expresión: se empieza a fabricar en el siglo XXI. No requiere escanciado y está sometida a un proceso de filtrado que elimina impurezas y sedimentos, de ahí su transparencia.
Otros usos
Existen numerosas recetas que emplean la sidra como ingrediente culinario. Con ella se elaboran infinidad de platos como carnes (chorizos, costillas, pollo, albóndigas, etc.), pescados (merluza, rape, bonito, dorada, salmón), guisos, postres (almendrado a la sidra, pastel de manzana) o mermeladas.
Durante la época decembrina, la sidra se convierte en una alternativa al vino, más barata e incluso más interesante.