El colegio militar de París fue el escenario elegido por Dior y Kim Jones para presentar su colección masculina para el invierno 2024/25, en el marco de los desfiles masculinos que se están celebrando estos días en París. La maison y su director creativo para ellos sorprendieron, como suele ser habitual, con un escenario circular donde comenzó a sonar al inicio del show la «Danza de los caballeros», que forma parte del ballet de Romeo y Julieta.
¿Ballet? Sí, esa primera puesta en escena era solo el prólogo de una colección que se inspira y homenajea la figura de uno de los grandes bailarines contemporáneos: Rudolf Nureyev. Pero no solo a él, también Jones se inspira en la figura de su tío, Colin Jones, quien también además de fotógrafo fue bailarín.
«Había estado pensando en la relación entre la bailarina de ballet Margot Fonteyn y Monsieur Dior. La interpretación masculina de esto implicó también pensar en su compañero de baile más famoso: Rudolf Nureyev. Nureyev está entrelazado con mi historia personal por mi tío, el fotógrafo Colin Jones, quien había sido bailarín de ballet, tenía amistad y fotografió a la propia estrella».
En esta colección Kim Jones creó un encuentro entre lo práctico y lo poético, entre el lujo y la utilidad, en realidad una colección que aúna en sí misma Prêt-à-porter y Alta Costura, simulando las dos vidas que tiene un bailarín sobre el escenario y tras bambalinas. Las colecciones exploran a través de la figura de Nureyev una idea de dos vidas vividas, sin embargo, ambas cuentan con rigor, excelencia y disciplina.
No es de extrañar entonces que sobre la pasarela hayamos visto mucha silueta andrógina inspirada en el ballet, con un objeto destacado por encima de todo: las bailarinas masculinas, un híbrido entre las clásicas Mary Janes de seda y poliéster y las bailarinas con listones, pero con una suela que permite salir a la calle en el día a día.
Kim Jones regresa a los archivos de la casa para inspirarse, concretamente en la sastrería que Yves Saint Laurent creó para Dior entre 1957 y 1960. Así, aparecen volúmenes, aberturas, plisados y grandes escotes que se combinan con nuevos trajes cruzados por Jones.
También hay reminiscencias de los 70 con pantalones ligeramente acampanados, kimonos, monos y shorts de lana con cremallera, leotardos y prendas de canalé que se convierten en una segunda piel, además de piezas creadas con cueros suntuosos.
Fuente: graziamagazine