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Publicado en ESTILO DE VIDA

Colores (más allá del blanco) con los que pintar las paredes de tu casa

Viernes, 18 Junio 2021 00:01 Escrito por 

El blanco es el color más elegido para pintar las paredes de casa. Es más luminoso, aumenta los espacios y ofrece sensación de limpio. Se trata de una solución fácil para las paredes de tu casa, pero con muy poca personalidad. Además, tiene alguna desventaja también y es que puede resultar frío, es más sucio y es aburrido. De hecho, hay muchos otros colores, muy luminosos y alegres con los que dar vida a tu casa. Algunos más suaves y otros vibrantes que dotarán a tu hogar de una nueva y única imagen.

Arena, un color que nos lleva a la naturaleza

Imitando uno de los colores más presentes en el medio natural, las paredes de color arena son perfectas para darle a tu casa un punto desenfadado y, al mismo tiempo, cálido. Si empleas la técnica del estuco, en la que unas zonas parecen más oscuras y otras más claras, ese efecto natural se verá potenciado. Incluso quedará bien con un mobiliario moderno, como en el de esta propuesta de Laskasas. Y para restarle peso, unos sofás en blanco o beige, tonos neutros también, suavizarán su efecto.

Beige, la mejor alternativa al blanco

Si te gusta la luminosidad que aporta el blanco, pero no quieres caer en lo monótono que es, el beige. Se trata de un color con todas las virtudes del blanco, pero sin su frialdad. Además, al igual que el blanco, combina a la perfección con cualquier color, aunque con un punto más sofisticado. Este color neutro es más cálido que el gris y el blanco, y combinado con el negro aumenta su elegancia y lo dota de un aspecto más moderno y contemporáneo.

Pero si quieres un efecto clásico, ¡el beige también te lo concede! Combinado con granates, azul petróleo o verde el resultado es acogedor y de aspecto atemporal.

Un office de color azul aguamarina

Puede que no te atrevas a pintar una estancia entera, pero ¿por qué no el rincón del comedor de la cocina? El color azul aguamarina es una buenísima opción si quieres dar vida y alegría a la zona en la que coméis a diario. Si te preocupa que la estancia quede fría, añade elementos en madera, como las mesas y las sillas. El aguamarina es un color fresco y vibrante que en paredes con molduras queda también estupendo.

Otra opción para sumarle calidez es añadir delicados toques de tonos cálidos, como mostazas, caldera o arenas. Incluso, si quieres dotarlo de un punto más masculino, el marrón oscuro o el negro quedarán genial.

Gris, un neutro que coge fuerza

Durante los últimos años, hemos visto cómo el gris ha ganado protagonismo en la decoración de interiores. Y, en las paredes, es un tono fresco y acogedor que llenará tu casa de un punto elegante. Para que no resulte frío, es fundamental añadir elementos que sumen calidez, como muebles de madera y complementos de fibras naturales, como el puff y la lámpara que corona este salón. También los colores que lo acompañan deben contribuir a subir la temperatura. Los amarillos y anaranjados te ayudarán, pero si añades otras tonalidades en grises, con matices cálidos, o blancos, conseguirás un espacio acogedor.

Verde oscuro, llévalo a una pared

Cuando una estancia es muy luminosa y presume de mucha luz natural, puedes permitirte la licencia de añadir tonos más oscuros y vibrantes en las paredes. Además, una pared de acento en el fondo del salón ayudará a aumentar la profundidad del espacio sin que se vea afectado su estilo. El verde petróleo, como el que luce en este salón, es un color elegante, sofisticado y algo sobrio, que quedará genial con elementos de madera o combinado con un sofá de cuero. La clave para que no sea cargante es destinarlo solo a una pared. Evita pintar toda una estancia de un color tan oscuro o lo único que lograrás es que un efecto cerrado y un poco agobiante.

Rosa, un color romántico para las paredes

La clave para que al decorar en color rosa quede bien es elegir un color pastel, que no sea demasiado fuerte y que potencie la sensación romántica de la estancia. Rosas hay muchos, y para las paredes deberías huir de tonos como el fucsia o el rosa chicle. Lo ideal para pintar las paredes de tu casa es elegir tonalidades más suaves y, después, para el mobiliario elegir tapicerías de colores neutros, como el blanco, el gris o el beige. En los complementos puedes arriesgar un poco más y añadir tonalidades más oscuras.

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