Hay muchos hábitos que mejoran nuestra salud física y mental. Muchísimos, imposibles de resumir en un solo artículo. Sin embargo, algunos son especialmente fáciles de incluir en nuestras rutinas y tienen enormes beneficios en nuestro bienestar. Precisamente de esto se trata esta lista.
Hábitos para mejorar la salud física y mental
Menos tiempo en redes sociales
Estirar el cuerpo
Activar el metabolismo con ejercicio de fuerza
Apuntar el primer pensamiento del día
Comprar huevos y leche ecológicos
Hacer cambios atómicos
Alimentos crujientes
Pan de masa madre (porque inflama menos)
1. Menos tiempo en redes sociales (y más para para planificar comidas)
Cuando le explico a la nutricionista Irene Domínguez, responsable del departamento de nutrición de esta clínica, que uno de mis grandes obstáculos a la hora de comer mejor es la falta de tiempo para cocinar, me responde con una afirmación que me hace replantearme TODO. ‘Muchas veces no es tanto la falta de tiempo sino la gestión que hacemos de él. De hecho, piensa en el tiempo que pasas en redes sociales y que podrías reducir para dedicarlo a planificar menús, comprar y cocinar’. De hecho, los estudios confirman que una persona pasa al rededor de dos horas diarias en redes sociales. Así que, a partir de ahora, reducir esa media para organizarme mejor en la cocina es mi objetivo. Porque como añade Paula Valiente, nutricionista del equipo, ‘improvisar delante del refrigerador es la peor forma de empezar una comida. Anticiparnos facilita la gestión y planificar el menú semanal nos ayuda a hacer una lista de la compra completa’.
2. La importancia de estirar
Hace tiempo que tengo instaurada una pequeña rutina de ejercicio físico cada día, pero siempre paso por alto la parte dedicada a los estiramientos. ¡Error! Y no solo porque sean fundamentales para prevenir lesiones sino porque, tal y como explican desde el equipo de Palasiet, son fundamentales para ser conscientes de malos hábitos posturales y para alargar nuestra figura. De hecho, en la clínica suelen medir la estatura del paciente antes de empezar con sus clases de estiramiento de cadenas musculares. Tras una semana vuelven a medir y han llegado a comprobar que esa estatura puede aumentar un centímetro precisamente porque se han estirado y alargado los músculos.
3. Activar el metabolismo con ejercicio de fuerza
Tras un análisis completo de mis marcadores metabólicos, Irene Domínguez me recuerda la importancia de incrementar el entrenamiento de fuerza en mi rutina diaria porque ‘activa el metabolismo más que los entrenamientos de cardio’. Y es que lo han confirmado muchos estudios: el entrenamiento de fuerza ayuda a mantener el metabolismo basal alto y eso hace que se quemen más grasas y de forma más eficiente (incluso después de entrenar).
4. Apuntar el primer pensamiento del día
Lourdes Ramón, psicóloga y responsable del departamento de orientación del centro, me invita a instaurar un pequeño hábito al despertar que puede cambiar por completo mi forma de afrontar el día: ‘Viene bien levantarse con tiempo, hacer unos estiramientos y respiraciones conscientes y apuntar el primer pensamiento que se te venga a la cabeza porque eso va a condicionar el día’. Si no tienes tiempo para escribir en un diario y desahogarte, esta es una opción maravillosa y efectiva. Y añade otro hábito muy saludable: sonreír para mandar un pensamiento positivo a nuestro cerebro. Lo hacen los atletas al final de las carreras para tener más energía y fuerza y provoca en el cerebro lo que la experta llama ‘una migración del estado anímico, de manera que el cerebro intenta adaptar el estado de ánimo a la cara. Además, tenemos poder de decisión y podemos elegir sentirnos mejor para afrontar el día’, añade.
5. Comprar huevos y leche ecológicos
‘De lo que comen los animales comemos nosotros’, afirma rotunda Irene Domínguez tras recomendar que intente comprar huevos y leche de origen ecológico. ‘No tanto por la cuestión de pesticidas asociados al cultivo tradicional, sino por la importancia que tiene en nuestro organismo la alimentación de los animales’.
6. Hacer cambios atómicos
Lourdes Ramón insiste en la importancia, a todos los niveles, de hacer pequeños cambios porque ‘somos seres de costumbres y no se puede pretender cambiar a lo grande. Los pequeños cambios generan grandes mejoras en la vida. Resultan mucho más positivos y efectivos’, explica. Y le pone nombre a este tipo de cambios: cambios atómicos (en referencia al libro Hábitos atómicos, de James Clear, en el que se desafía esa creencia de que para transformar nuestra vida necesitamos cambios drásticos).
7. Alimentos crujientes
Hay ciertos trucos fáciles para transformar comidas sanas y aparentemente anodinas. Uno de ellos, explica Paula Valiente, es jugar con las texturas de un mismo plato. ‘Una ensalada tendrá un aire diferente añadiendo un toque crujiente como, por ejemplo, tostando garbanzos que incluso también se pueden condimentar’, explica.
8. Pan de masa madre (porque inflama menos)
Invertir en un pan integral de masa madre es más que recomendable y necesario porque, tal y como explican las expertas en nutrición, al elaborarse con una fermentación larga, carecer de levadura y tener bacterias propias del pan (los llamados probióticos que favorecen la salud intestinal), se consigue que el gluten se digiera mejor. Y eso también influye en la inflamación abdominal.
Artículo publicado originalmente en Vogue España, vogue.es.