Un proyecto de escuela comunitaria basada en los principios de permacultura se levanta gradualmente en la comunidad rural de la Providencia, en Jocotitlán, como una medida que busca mitigar el avance del desarrollo industrial y urbano.
“El proyecto es una escuela comunitaria que busca ser construida bajo principios de permacultura, queremos que el lugar sea un espacio vivencial, demostrativo de formas de ecotecnologías, de formas de construcción, que al final es también rescatar estas técnicas con las que antes se construía”, así lo explica la fundadora del colectivo semillas de agua Aurora Enríquez.
Aurora es una joven que estudió Desarrollo Sustentable y con ayuda de su profesión construye una forma de vida y trabajo distinta. Ella aprende y comparte sus conocimientos con decenas de personas; pero principalmente con niños de la comunidad de la providencia, a quienes busca acercar a la conciencia ambiental y a la permacultura.
“En la comunidad actualmente hay problemas de salud, problemas educativos (…), nosotros estamos haciendo un proyecto que busca mitigar este tipo de problemas, estamos buscando propiciar una forma de vida que sea de bajo uso energético, que las personas se den cuenta que pueden ser autosustentables en este espacio”, señala Aurora.
En este espacio, el colectivo realiza trabajos de construcción y acondicionamiento de la escuela comunitaria, combinados con la enseñanza de diferentes métodos y técnicas de permacultura como son el diseño de huertos, la bioconstrucción con materiales sustentables como el adobe y la instalación de baños secos.
Para Miguel Ángel Esteban ––otro de los miembros del colectivo–– “la permacultura es una herramienta que nos ayuda a establecer espacios sostenibles (…). Es un conjunto de muchos saberes, a lo que nos encausa es a tres principios éticos, el respecto a la tierra, el respeto a nosotros y el compartir a la comunidad”.
La Providencia es una de las 58 localidades de Jocotitlán y cuenta con poco más de mil habitantes. Aunque la gran mayoría de localidades del municipio son rurales [56], paradójicamente solo concentran el 45 por ciento de la población. La mayor parte de personas [55 por ciento] habita en las 6 localidades urbanas.
Este sólo es un reflejo del desarrollo industrial que desde los años 60´s amenaza la vida campesina y el conocimiento tradicional de la población. Hoy en el municipio la mayor parte de la población trabaja en el sector secundario y terciario, toda vez que las grandes industrias como IUSA se han asentado en el territorio; acelerado el deterioro ambiental, aumentando la migración, provocando problemas en la salud y modificando el entorno.
“En la providencia hay una gran cantidad de migración, la población tiende mucho a querer una forma de vida bastante desarrollada, muy parecida a la ciudad (…) la forma en la que nos estamos desarrollando es bastante alejada de la naturaleza, hay una perdida de conciencia del lugar de donde estamos, y por lo tanto hay una perdida de biodiversidad, de bosque (…) por ende el ser humano o los que habitamos ahí empezamos a enfermar”, señala Aurora Enríquez.
(Con información de AD Noticias)