Su destino fue una bolsa negra y un horno, son los cuerpos de personas víctimas de coronavirus.
Antes de llegar a su destino final, tienen que pasar por las manos de quienes se dedican al giro de funerarias y embalsamadores, un grupo vulnerable pero que poco se ve y se habla de ellos.
Quienes se han dedicado por años a manipular muertos, dicen que este año su modo de trabajar cambió por completo, y es que el COVID-19 fijó las reglas, esta vez no hay velorio, no hay abrazos para los dolientes, no hay contacto físico con aquel que partió.
"Lo que primero hacemos es que los muchachos que van a ir hacer la recolección del cuerpo con COVID se preparan con el equipo de protección que son overol, guantes, cubrebocas, mascarillas, googles y guantes para poder salir al hospital y clínica donde se encuentre la persona" comentó Diana Zarza, embalsamadores.
Para evitar fugas de líquidos, el cuerpo es encapsulado en por lo menos tres bolsas, todas de color negra con cierres, entre una y otra bolsa el cadáver es rociado con sanitizador.
"El proceso interno es encapsular con una bolsa plástica, se introduce el cuerpo posteriormente se trae en la sala de embalsamamiento y se pone otras dos bolsas para evitar filtraciones, después utilizamos un producto con germicidas".
Los cuerpos con COVID-19, se están manejando inmediatamente para cremación o inhumación.
"Se hace el encapsulamiento y posteriormente salimos con el mismo protocolo, se dirigen al crematorio y ahí sólo sacan el cadáver y lo dirigen al horno, ya no hay contacto como cuando lo pasan a la plancha meten en la bolsa mortuoria"
Los funerarios solo cuentan con menos de 12 horas para llevar a cabo todo el proceso de salida del cuerpo, llegada a la sala de embalsamamiento, encapsular e incinerar.
"Durante ese proceso se realizar la sanitización además nos permite solicitar los permisos de sanidad y por supuesto agilizar tiempos"
Así como los médicos, los encargados de las funerarias se han enfrentado al rechazo de la sociedad por el trato que tiene con las personas fallecidas, en especial los portadores del coronavirus.
En lo que va de la contingencia, tan sólo está funeraria ha atendido un promedio de 30 casos de personas menores de 18 años y de 70 años en adelante.
Las imágenes muestran la realidad de lo que se vive en el Estado de México, el Covid-19 conforme pasa el tiempo termina con la vida de muchos, su destino una bolsa negra y un horno, no hay despedida, no hay abrazos, sólo una tristeza, esa que no se irá mientras dure la pandemia.
