Francisca Reyes, jefa del área de Psicología Clínica del Centro de Investigación de Ciencias Médicas (CICMED) de la Universidad Autónoma del Estado de México, informó que, producto del uso de tecnologías de la información, la nueva dinámica de relacionarse entre pequeños, así como la sobrecarga escolar de los sistemas educativos, la actual generación de menores de 10 años sufre mayor estrés y preocupaciones de las que tuvieron sus padres.
Dentro de este proceso vacacional de Semana Santa, la especialista llama a los padres de familia a mediar en la carga religiosa que acercarán a sus hijos, advierte que un proceso exacerbado de religiosidad puede generar en los niños ansiedad y enojo.
“Depende de la familia, si están acostumbrados a llevarlos a misa cada ocho días, está bien, pero hacerles ver que en Semana Santa le damos gracias a Dios y que la parte de diversión se ha modificado, sí les afecta a los niños, porque dicen Semana Santa me van a llevar a la iglesia, vamos a ir a ver las tres caídas’”.
La especialista reconoció que si bien en las últimas décadas ha disminuido significativamente la severidad con la que las familias vivían este periodo con actos de ayuno, rezos y silencio, como lo hicieron las personas mayores de 40 años, es necesario que en este periodo de formación en el que se encuentran los niños se genere un equilibrio que les permita a ellos optar por vivir su fe con mayor fervor sin pensar que les fue impuesta.