Rober es un venezolano que salió de su lugar de origen dejando a dos hijos pequeños y a su esposa por buscar una vida mejor, y es que en su país los años pasan y no mejora la situación económica para las familias.
“Salí por la dictadura, por querer ayudar a la familia, tengo un niñito de cinco años, uno de tres y a mi esposa, quien gracias a Dios esta luchando en este momento porque no tengo como ayudarla, y el sueño era llegar independientemente a cualquier país para poder ayudar a la familia”.
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Desde hace cuatro días, el albergue “Hermanos en el camino”, ubicado en Metepec se ha convertido en su nuevo hogar, después de enfrentar una serie de carencias en su camino.
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“Gracias a Dios aquí nos han prestado el servicio, incluso aquí por lo menos en el refugio ya conseguimos comida y ropa, porque la tuvimos que dejar en la selva para aligerar el peso”.
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La meta para Rober, era llegar a los Estados Unidos a trabajar duro y reunirse en este pais con sus familias y de esta forma dejar atrás todo el sufrimiento y carencias que tienen en Venezuela, sin embargo, su camino por México no ha sido nada fácil.
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“Ya todo se complico, estamos en un limbo, no sabemos que hacer, lo mas difícil a lo que se han enfrentado es cruzar por la selva, pero ahora México también es esa selva, ya que para poder llegar hasta aquí tuvimos que esquivar muchos retenes, porque sacamos un permiso para circular por México, pero algunos amigos apenas pasaron la primer zona de migración les rompieron el permiso”.
En su caminata de mas de cuatro horas diarias, Rober platica que entre los compañeros se llora, ya que se anhela tener algo estable, además de poder reunirse con la familia.