Desde las cuatro de la mañana los hornos de ladrillo ya se encuentran calientes, en una mesa, Verónica prepara la levadura para comenzar con la elaboración del pan de sal.
Poco a poco, van saliendo del horno el pan de San Miguel Tecomatlán, una comunidad donde el 80 por ciento de sus habitantes se dedican a este giro que se vio impactado por el sismo del 2017, ya que derribó el 100 por ciento de los hornos, dejando sin ingresos por un año a las familias.
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"Todos los hornos se vinieron abajo y pues sí, gracias a dios ahí vamos, tal vez no al 100 pero vamos avanzando poco a poco", platica Veronica Gutierrez, productora de pan.
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Ahora Tecomatlán ha visto la luz del sol, ya que con sus hornos en pie han comenzado a distribuir su pan en diferentes municipios mexiquenses, así como en otros Estados.
"Somos una comunidad chica, y salimos a otros Estados a vender el producto, pero ahí vamos, no es que lleguen y compren, ya que todos tienen a sus clientes y cómo esto se está reactivando a nivel Estado".
Quienes se dedican a esta labor, esperan con ansias los festejos de Día de Muertos, ya que es la fecha con mayor demanda, y es que por lo regular en cualquier altar se coloca un pan de Tecomatlán.
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"En muertos es la venta más grande y esperamos que venga gente a consumir para que no existan los revendedores, ya que muchas veces ofrecen pan supuestamente de otro lugar y no es de Tecomatlán, aquí se hace, se elabora".
Si bien esta comunidad ubicada en el municipio de Tenancingo fue sacudida por un nuevo sismo, no fue motivo para que dejaran de producir pan.
"Lo que esperamos es que siga llegando la gente a San Miguel Tecomatlán, y el consumo sea de productor a consumidor más que nada eso, para que tanto el consumidor gane como nosotros".