La parafina se ha convertido durante más de 30 años en el sustento de la Familia Araujo, quien por generaciones ha dedicado gran parte de su vida a la elaboración de Ceras, velas y veladoras.
Santa Cruz Atzcapotzaltongo, en Toluca, alberga los talleres de esta familia, principalmente el del señor Cirilo Araujo Martínez, quien tras aprender el oficio por su padre ha dedicado la mayor parte de su vida a elaborar este producto, uno de los principales durante las celebraciones de Día de Muertos, ya que permite dar luz a todos aquellos que ya partieron de este mundo.
"Durante todos estos años, hemos puesto empeño y fe en nuestro trabajo, porque no podemos quedarnos quietos, al contrario le echamos ganas y la producción sigue creciendo, ha sido un oficio de generación en generación, que nos dejó mi padre. Los que producimos cera le ponemos cariño a nuestro trabajo".
El procedimiento por siempre ha sido de forma artesanal, los pabilos se cuelgan de una rueda de madera y con un recipiente se vierte la parafina, la cual se calienta a fuego lento en los cazos, hasta que se alcanza el grosor adecuado.
"Santa Cruz Atzcapotzaltongo es uno de los principales lugares donde se elabora la cera, el oficio va pasando de padres a hijos y de hijos a nietos, es una tradición de familia, empezamos unas tres familias, ahora somos 12".
Este año particularmente, en los talleres Araujo se produjeron menos ceras, ya que el panorama que viven es desalentador, toda vez que los panteones permanecerán cerrados durante el primero y dos de noviembre, por lo que no habrá alumbramiento a los fieles difuntos.
"Ahorita está difícil en cuestión de ventas y más que nuestra materia prima viene de China y no la han restringido, y también no hemos hecho mucho producto por la pandemia. El año pasado estábamos trabajando normal, ahorita con lo del COVID-19 nos disminuyó un 60 por ciento de venta".
Los mexiquenses se caracterizan, por seguir las tradiciones una de ellas es la de Día de Muertos, por lo que la ofrenda es la esperanza de esta familia, pues muchos acostumbran prender una luz a sus seres queridos.
"No se pierde la tradición, porque si no es en los panteones hacemos nuestro altar en nuestras casas, pero si les damos ese tributo a nuestros seres queridos, porque además México es el único país que celebra el día de muertos, no lo podemos dejar pasar desapercibido, prenderle una veladora a nuestros seres queridos, que es la luz perpetua de nuestra adoración".
Para los Araujo, ninguna pandemia les va a quitar el gusto de hacer el oficio que por años ha predominado entre hijos, nietos, tíos y hermanos, esa que nunca va a morir.