Aunque descartan lucrar con la pandemia, políticos de Morena, el Partido Acción Nacional (PAN) y el Revolucionario Institucional (PRI) aprovechan la coyuntura del COVID-19 para promocionarse e, incluso, golpetear a sus adversarios.
En el caso de Morena, cada alcalde ha implementado estrategias propias de apoyo a la población afectada, mientras los diputados locales acordaron donar cinco meses de su salario para ayudar a los sectores de la población que así lo requieran.
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Lo anterior les permite hacer acto de presencia en el ánimo de la población de sus distritos, bajo el pretexto de la entrega de apoyos, como en su momento ocurrió con el Programa de Apoyo a la Comunidad (PAC) -mediante el que cada diputado local era subsidiado por el gobierno estatal con 2.5 millones de pesos cada año en materiales de gestión-, al que los mismos legisladores se opusieron.
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Por su parte, si bien, Jorge Insunza, presidente estatal del albiceleste, afirmó que su partido no sacará raja política por el COVID-19, anunció que buscará ser empático, generar una conciliación social y un reencuentro con la ciudadanía, con un enfoque humanista, siendo solidario y subsidiario, "brindando ayuda para tanta gente que la necesita".
Tal es el caso, aseguró, de los gobiernos municipales panistas, como Huixquilucan, que era el primer lugar en contagios, y ahora ya es el 16 a nivel estatal y va a la baja.
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A su decir, no será sacando raja política, sino con acciones, como el PAN recuperará la confianza de los ciudadanos, y aprovechó para criticar que el presidente de la república reanudó sus giras, cuando el semáforo de contagios se mantiene en rojo.
Por su parte, ex funcionarios de la administración priísta de Eruviel Ávila convocaron este fin de semana a una marcha en contra de Andrés Manuel López Obrador, realizada en autos, bajo el pretexto de la sana distancia.