La cercanía con la víctima, saber sus rutinas diarias y ganar la confianza de la familia son los factores que pueden influir para que un menor pueda ser víctima de cualquier delito por parte de un primo, tío, amigo o incluso del propio padre.
Rocío Álvarez Miranda, Coordinadora Institucional de Equidad de Género de la Universidad Autónoma del Estado de México, señaló que actualmente el 60 por ciento de los casos de violencia sexual ocurren dentro de los espacios familiares.
"Este es un tema gravísimo porque eso implica que dentro de las familias se encuentra la descomposición del tejido social por prácticas machistas, misóginas, violentas que generan esta vulneración en los cuerpos de las niñas y niños como los que vemos ahora”.
Álvarez Miranda, resaltó que la falta de cuidado de los menores también es un factor principal para que se conviertan en víctimas.
“Hoy cada vez más se ha detonado que sean los abuelos u otra personas quienes cuiden a los niños y que la ética del cuidado tenga una transformación donde no hay una persona responsable real de los niños y los hace más vulnerables a ser secuestrados, víctimas silenciosas”.
Resaltó, que para evitar cualquier tipo de violencia en contra de niños y niñas, los padres tendrían que aplicar medidas preventivas como: no dejar solas a las niñas con personas que apenas conocen, evitar obligar a los menores saludar de beso en la boca, no dejar que terceras personas se encarguen del cuidado diario, evitar que pasen la noche en otro lugar que no sea su domicilio.