“Este año tendré dos sillas vacías en la mesa, eso duele y se te quitan las ganas de celebrar”, así lo reconocen quienes lejos de sentir un impulso navideño, esta época les marca las grandes ausencias.
A partir de este fin de semana y hasta el 25 de diciembre, la norma dicta que todo debe ser paz, amor y buenos momentos, en especial con la familia, sin embargo, aquellos que padecen depresión o sufren por la pérdida reciente de un familiar, no encuentran ese espíritu de celebración.
La nostalgia, las ausencias de seres queridos, el estrés por la economía y las deudas a enfrentar en la llamada "cuesta de enero", el clima y la poca duración de la luz diurna, son algunos de los factores que son determinantes ante este trastorno psicológico que pocas veces es atendido con la seriedad que amerita.
Lorena Mejía, psicóloga de la Clínica Multidisciplinaria de Salud de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), señaló que en estos días las crisis depresivas aumentan hasta en un 30 por ciento.
“Llega a haber un familiar que ya no está presente, entonces eso afecta en la cuestión de que no es la misma dinámica familiar, puede ser por fallecimiento o porque están lejos de casa”.
Señaló que estas crisis depresivas afectan en especial a los adultos, con mayor incidencia si son mujeres, ya que son más sensibles a las ausencias, a las crisis.
Para la especialista, una forma de dar alivio al corazón, podría ser cambiar la rutina de estas fiestas, para no mantener la sensación de vacío y no aislarse.
Es importante señalar que, cuando la depresión se prolonga más de dos semanas, es importante tomar atención a nivel médico, ya que es un padecimiento que debe ser tratado por especialistas puesto que el riesgo de suicidio aumenta cuando no se da el acompañamiento de un psicólogo o un psiquiatra.