La mayoría de los municipios mexiquenses reprobaron la Evaluación del Desempeño Presupuestal 2021, e incluso mostraron un “preocupante estancamiento” en la mejora del gasto público de calidad, pues en 2019 obtuvieron 22 puntos de 100 posibles en promedio, en 2020 crecieron a 45 puntos (creció 104%), mientras esta tercera edición el promedio general de desempeño alcanzado fue de 46 de 100 puntos posibles, apenas un punto arriba del año anterior.
Gobernova, la organización encargada de la medición del Índice de Información para la Evaluación Presupuestaria Municipal (IIEPM) 2021, advirtió que incluso 24 municipios permanecen en total opacidad, pues ni siquiera tienen registro de gestión en su programa anual de evaluación, mientras la mayoría -53 de 125- tienen un resultado insuficiente; 24 apenas suficiente, y solo un número similar tuvo una gestión adecuada.
Ramón Cuevas Martínez, consultor de Gobernova, advirtió que la disminución de recursos públicos por la pandemia es sólo una excusa, pues pese a ello existen adelantos importantes en algunas demarcaciones.
Los 24 municipios sin gestión del Programa Anual de Evaluación (PAE) 2020, y por ende con calificación de 0, son Villa Victoria, Temascalapa, Santo Tomás, Joquicingo, Acolman, Tepetlaoxtoc, Otzoloapan, Morelos, Nezahualcóyotl, Isidro Fabela, Temascalcingo, San Simón de Guerrero, Sultepec, Jaltenco, Ixtapan del Oro, Polotitlán, Axapusco, La Paz, Amatepec, Tepetlixpa, Ecatepec, Tejupilco, Juchitepec y Teotihuacán.
Entre quienes obtuvieron de 13.5 a 55 puntos se encuentran Cuautitlán, Ixtapaluca, Teoloyucan, Coatepec Harinas, Apaxco, Chiautla, Luvianos, Ocoyoacac, Metepec, Texcoco, Tenango del Aire, San Martín de las Pirámides, San Mateo Atenco, Ocuilan, Amecameca, Zacazonapan, Otumba, Tepotzotlán, Tonanitla, Nextlalpan, Villa de Allende, Aculco, Texcaltitlán y Melchor Ocampo.
En los 75 y 60 puntos se ubicaron Xalatlaco, Valle de Bravo, Huehuetoca, Amanalco, Villa del Carbón, Xonacatlán, Atenco, Tenango del Valle, Capulhuac, Coacalco, Hueypoxtla, Zumpahuacán, Chimalhhuacán, Zacualpan, Jiqupilco, Rayón, Tecámac, Soyaniquilpan, Almoloya de Juárez, Temoaya, Tenancingo, Temamatla, El Oro y Papalotla.
La caída más drástica la registró el ayuntamiento de Villa Victoria, quien en 2020 logró una calificación de 91.5, fue uno de los mejores calificados, y ahora en 2021 obtuvo calificación de cero.
En contraste, los municipios que obtuvieron calificación de 10 fueron Tultitlán, Tlalmanalco, Malinalco, Zinacantepec y Nicolás Romero. Con 9.5 les siguen Chalco, San Felipe del Progreso, Toluca, Atizapán Santa Cruz, Tianguistenco, Atlacomulco y Tonatico. Y con 9.0, Ixtlahuaca, Villa Guerrero, Huixquilucan, Ixtapan de la Sal y Almoloya del Río.
La suma del presupuesto de egresos 2020 de los 125 municipios mexiquenses ascendió a 74 mil 788 millones 242 mil 441 pesos con 50 centavos, cifra que representa 4 mil millones más que la suma del presupuesto de egresos del mismo año, de los estados de Nayarit, Zacatecas y Colima.
Los consultores Vicente Martínez Iniesta y Rodrigo Trejo González explicaron que los programas en la administración pública municipal, las políticas públicas y los fondos de aportación federal, representan la herramienta que determina los procesos de evaluación aplicados para otorgar la calificación obtenida por cada municipio.
Destacaron que “más presupuesto no significa necesariamente mejor gestión del gasto público, pero los resultados sí reflejan calidad en su ejecución”, puesto que es el uso eficaz y eficiente de los recursos públicos lo que permite mejorar la calidad de vida de la población, por la relación directa que hay entre el recurso asignado a un programa y el impacto real en los beneficiarios.
Advirtieron que la única manera de garantizar un gasto público de calidad es evaluando el impacto real que tienen los programas presupuestarios en la sociedad, a través de tres acciones: transparentando los procesos y resultados del sector público, orientando la programación y ejecución del gasto público a un modelo por resultados presupuestarios, y considerando los resultados de evaluaciones anteriores para el diseño crítico de programas presupuestarios.
Cuevas Martínez les recordó que tienen la obligación constitucional de conocer si los programas presupuestarios funcionan, de informar a la población de los resultados obtenidos, y de medir la calidad del gasto público para traducirla en mejor calidad de vida para la ciudadanía.
Este ejercicio fue realizado bajo el mecanismo probono, sin financiamiento público ni privado, sino mediante gestión del conocimiento.