La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) viola el principio constitucional de separación Iglesia-Estado al señalar que la reforma electoral propuesta por Morena es regresiva, consideró Maurilio Hernández, presidente de la Junta de Coordinación Política de la en la Legislatura mexiquense, tras pedir la intervención de la Secretaría de Gobernación para sancionar esta conducta.
Hernández González consideró un exceso el respaldo el respaldo de la Iglesia Católica al Instituto Nacional Electoral (INE), pues recordó que una institución de carácter religioso no debe tener injerencia en los asuntos del estado.
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“La Constitución es muy clara: en lo personal, los ministros de culto pueden ejercer sus derechos ciudadanos, pero como institución, la iglesia no puede intervenir en los asuntos de estado”, destacó.
Por eso, de entrada, desde su punto de vista es preciso que la CEM precise si sus apreciaciones sobre el tema son en calidad personal, de cuál de sus ministros, o como institución; desde este último punto de vista, destacó, es criticable, “porque es estarse excediendo, apoyándose en una interpretación particular de lo que es el marco constitucional”.
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El además coordinador del grupo parlamentario de Morena llamó a la Subsecretaría de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos de la Segob para que dialogue con los jerarcas de la iglesia católica en el marco de lo que dicta la ley, en el afán de evitar mayores injerencias.
El morenista también se refirió a la encuesta realizada por el INE sobre la reforma electoral, donde 51% de los participantes están de acuerdo, e indicó que si el Instituto la ocultó, es reflejo de la deshonestidad de los consejeros que publican lo que les favorece y ocultan lo que no.
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“Ellos no quieren que haya una voluntad mayoritaria del punto de vista que los ciudadanos tienen sobre cómo corregir el problema tan grave del excesivo uso de recursos públicos que se destina para el trabajo del INE”, expuso.
Aseguró que la esencia de la propuesta de reforma se reduce al tema financiero, con el propósito de reducir funciones de algunas áreas e incluso del número de diputados. “Es integral”, afirmó.
No obstante, sobre la desaparición de los organismos electorales estatales, Maurilio Hernández consideró que debe debatirse porque se caería en una centralización y para el caso del Estado de México se requiere un instituto propio para atender a más de 12 millones de electores registrados.