Los nuevos ayuntamientos mexiquenses, de mayoría afín a la Cuarta Transformación, arrancaron sus periodos constitucionales con problemas en al menos dos municipios: Temoaya, en donde el segundo regidor petista, Víctor Montiel, fue obligado por los habitantes a solicitar licencia, y Luvianos, donde los pobladores tomaron el Palacio Municipal en rechazo al nuevo alcalde, Edder Jaimes, a quien acusan de fraude electoral y de perpetuar una "dinastía política", pues sus padres gobernaron las dos administraciones anteriores.
En el caso de Temoaya, desde la madrugada del primero de enero, día del inicio de la nueva administración municipal, un grupo de ciudadanos tomó las instalaciones de la Presidencia Municipal, colgó lonas y quemó llantas para exigir la renuncia del segundo regidor, a quien consideran una imposición, debido a que es originario del municipio de Otzolotepec.
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Después, los manifestantes amarraron al regidor a un poste, a manera de ultimátum, y exigieron una respuesta, de manera que Montiel Reyes firmó su petición de licencia definitiva, y ésta fue aceptada.
Por su parte, Víctor Montiel Reyes y la regidora Karina Sánchez presentaron una denuncia ante la Fiscalía mexiquense (FGJEM) por los delitos de privación ilegal de la libertad, amenazas y lesiones.
El regidor con licencia narró que un grupo de personas lo ató a un poste y le roció gasolina para forzarlo a renunciar.
En tanto, Karina Sánchez indicó que también fue obligada a dimitir, mediante el uso de violencia verbal.
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La Delegación Política del PT en el Estado de México, encabezada por el diputado federal Reginaldo Sandoval, condenó la coacción y las amenazas contra Montiel Reyes y la tercera regidora, por lo que hizo un llamado al respeto a la ley y a los derechos humanos, e instó al Gobierno del Estado de México a garantizar la seguridad y la gobernabilidad en el municipio.
Sandoval Flores destacó que la violencia no debe ser el medio para resolver diferencias políticas, anunció que su partido brindará apoyo legal a los regidores afectados para deslindar responsabilidades y evitar que estas agresiones queden impunes.
Mientras tanto, vecinos de Luvianos tomaron el Palacio Municipal para impedir la toma de protesta del alcalde, Edder Jaimes, a quien acusan de falta de legitimidad por las supuestas irregularidades que se presentaron en las elecciones y de perpetuar una "dinastía política", debido a que sus padres gobernaron las dos administraciones anteriores.
“¡La presidencia no es herencia!”, arguyeron.
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Jaimes Garduño y su cabildo, sin embargo, tomaron posesión del cargo en un inmueble alterno, aunque los manifestantes mantienen tomado el edificio.
Los pobladores acusan que la llegada al cargo de Edder Jaimes es una herencia familiar ilegítima, debido a que los últimos seis años el gobierno municipal ha estado dominado por su familia: primero con su padre, Alfredo Jaimes, y después con su madre, Rosa María Garduño.
Los inconformes demandan elecciones extraordinarias, solicitan la intervención directa de la gobernadora Defina Gómez, y advierten que no reconocerán a Jaimes Garduño como presidente municipal.